Abrió los ojos y mantuvimos una cálida mirada que me provocó hormigueo en las piernas. Separó nuestras frentes manteniendo las manos juntas. Me seguía mirando tiernamente cuando me acercó hacia él, volviendo a fundirnos en un abrazo. Me pegó a su cuerpo casi con desesperación. Pude sentir los latidos de su descontrolado corazón. Sentí paz dentro de mi mente revuelta en preguntas y miedos. Su calor me estaba tranquilizando. Las lágrimas habían dejado de salir y ahora sólo quería quedarme así toda la vida.
—Te protegeré de todo aquello que te dañe. Así que por favor, acude a mi si tienes ganas de llorar.
Sus palabras me tomaron desprevenido. Alcé la vista para verlo. Volvimos a cruzar miradas, pero esta vez cargada de energía.
—Estaré bien Taek Woon, gracias por preocuparte.
Que lo llamara por su nombre completo lo tomó desprevenido, pero terminó sonriendo. Sus labios se curvaron de forma maravillosa sobre esa mirada que me estaba derritiendo.
—Te juro que te protegeré Hongbin.
Entonces, se agachó un poco para poder besarnos. Y ahí fue donde obtuve la fuerza que necesitaba para seguir adelante, para saber que había hecho lo correcto.
Leo y yo habíamos tenido una amistad accidentada hasta ese día. No eramos muy cercanos y ni siquiera teníamos tanta confianza como para bromear de forma pesada. Nuestra relación se basaba en confianza y respeto mutuo. Por eso cuando me besó, me di cuenta que ambos habíamos formado un lazo más allá de la amistad que hasta hoy ambos podíamos mostrar.
El estómago de los dos gruñó al mismo tiempo, haciendo eco en la pequeña habitación. Leo rió con sus labios pegados a mi contagiándome su risa. Nos separamos unos milímetros, pero seguíamos viéndonos.
—Debemos hablar con los demás —me dijo mientras dejaba de abrazarme. Sus mejillas estaban totalmente rojas y su frente llena de perlas de sudor. Yo no me había dado cuenta que respiraba con dificultad, hasta que recobré la cordura después del beso.
Afirmé con la cabeza, yo debía hablar con N antes que con nadie. Salí del cuarto sin voltear a verlo.
La sala tenía la televisión fuerte en un canal de noticias que ni Ken, Ravi o Hyuk ponían atención, tenían la mirada perdida. Ni siquiera se habían dado cuenta de que estaba parado a un lado de ellos, no los molesté y me dirigí a la pequeñísima terraza en la cocina, donde servía para colgar la ropa y daba vista hacia la avenida. Tal vez ahí estuviera N y sí, estaba ahí fumando. Desde ese día se le podía ver con un cigarro a casi cualquier hora del día.
Me acerqué sin hacer mucho ruido y me paré junto a él recargándome en el barandal de la misma forma en la que estaba.
No volteó a verme, pero comenzó a hablar.
—Me había prometido protegerlos a ustedes de cualquier cosa, pero la vida da tantas vueltas que cuando menos lo esperas, te encuentras luchando contra lo que creíste también nos protegería —aspiró fuertemente a su cigarro para después sacar el humo por la nariz —. Me dijeron cosas horribles Hongbin, vas a ser utilizado de una forma nada humana. Se aprovecharan de ti, tienen el poder de hacer lo que quieran. Nadie puede detenerlos, me exigieron que te preparará psicológicamente y créeme que no se a que se refieren, pero auguro lo peor.
Volteó a verme dando otra chupada a su cigarrillo. Tenía los ojos vidriosos, se veía muy cansado.
Esta vez el humo la sacó por la boca.
—Me negué Binnie, créeme que lo hice, les dije que si no había otra opción, que el grupo se desintegraría antes de dañar a alguno de ustedes. ¿Pero sabes que dijeron? Que yo solo tenia poder sobre ustedes, no sobre ellos. Después me amenazaron como de seguro lo hicieron contigo. No tuve elección, lo siento, en verdad perdóname. No tuve elección —en ese punto su voz ya se escuchaba quebrada —. Acepté. Ahora soy responsable de que tu estés preparado para todo lo que esos hombres pidan. Hongbin, a todo. Perdóname.
N regresó la vista hacia la calle. Terminó el cigarro en silencio para tirarlo a la oscuridad.
—Sé que me protegiste, tranquilo. No te culpes por nada y no tengo nada que perdonarte. Esto debía pasar, si no era aquí sería en otro lugar o de otra forma. Agradezco estar con ustedes. Me apoyarán y darán lo mejor por mí, pero sé que tu harás el doble del esfuerzo. Hagamos las cosas bien para que nada malo pase. ¿Está bien?
Me acerqué para abrazarlo. No podía ver bien su cara por la escasa luz, pero escuché ligeros gimoteos. Lo abracé más fuerte y a mi también se me escaparon nuevas lágrimas.
Nos mantuvimos así abrazados hasta que la débil voz de Leo nos hizo voltear hacia la cocina.
—N, la comida ya esta aquí además de que hay otro repartidor que pide la firma de Hongbin.
Los tres caminamos hacia la estancia que se veía muy llena. Ahí estaba sobre la mesa las abundantes bolsas de comida, habían tenido que poner varias en el piso ya que no cabían. También había una caja de soju.
Ravi se acercó a mi y con media sonrisa me dijo que el repartidor en la puerta traía otro paquete, pero que sólo yo podía recibirlo.
Firmé en el papel y me fue entregada una caja de mediano tamaño con una carta. Regresé a la sala y me senté en el piso. Le pedí a N que abriera la caja en lo que yo leía la carta. Eran una líneas y nada más:
Hermoso Hongbin.
Recibe el primero de tantos regalos que recibirás a partir de hoy, y como bien te lo prometimos, los demás miembros también se verán beneficiados, pero tu obtendrás mejor trato que ellos.
Disfruta tu nuevo celular y espera prontas noticias de nosotros.
Pd. Nuestros números personales ya están programados.
Att. I & M
La caja tenia 6 smartphones nuevos, de los cuales 1 traía mi nombre escrito y la cajita tenia un moño. De todos era de último modelo y de mayor tamaño. Además de que los otros 5 eran de color negro y el mío blanco.
—Expliquen que demonios pasa — exigió Hyuk. Helándonos a todos por su rudeza.
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FAMA (VIXX Fanfic Yaoi)
FanficLas oportunidades para convertirte en alguien famoso son escasas. Hay que tener un gran talento y... contactos. Mi nombre es Lee Hongbin miembro del grupo de K-pop VIXX y a través de esta carta dejaré testimonios de la degradación que hoy me llevan...