CAPITULO II (Prólogo)

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Leo volvió a levantarse y a sentarse junto a mi. Mantuve la vista fija en la pared que tenía enfrente de la cama, pero sentí perfectamente como colocaba los labios en mi mejilla, la respiración se me detuvo, me dio un simple beso que se me grabó en la memoria como uno de los mayores tesoros en mi vida.

Recargó su mentón en mi hombro y en un tono bastante convincente me respondió.

—Por ti amado Hongbin, incluso mataría...

En ése momento tomé sus palabras lo más romántico que pude, aunque me dejó cierta duda.

Giré la cabeza para verlo y sus facciones estaban tranquilas, como si dentro supiera que yo también lo amaba y que sólo debía esperar un poco antes de que yo terminara por estar con él. Nos miramos largo rato en paz, sin decir nada; una profunda y ciega mirada para demostrarnos de esa manera lo mucho que nos necesitábamos. Me sentí un poco feliz, todo mundo desea tener a su lado a una persona que lo ame, yo ya lo tenía y jamás me dí cuenta, solo pedía que ésta relación que se estaba formando, no fuera rota por mi falta de coraje y de valentía.

Nos volvimos a acostar, no dejó de darme besos en toda la cara y en ambas manos, me apretaba contra él y sonreía mucho. Me acurruqué en su pecho y traté de reflexionar sobre lo que me traería ésta decisión, no era  por el hecho de que fuera un compañero de trabajo y mi amigo, si no la diferencia de que estoy atado a algo que yo no quería y que puede traernos problemas, deberemos ser discretos inclusive con los demás miembros. Será un secreto entre él y yo.

—Bin, estoy tan feliz, no tienes ni la mas mínima idea. Tu haces que mi vida se vea colorida por tu luz, por favor, no dejes de brillar sólo para mi.

Dicho ésto, dejó su cabeza sobre la mía mientras daba grandes aspiradas a mi cabello. Me tenía bien sujeto y estaba comenzando a ser caluroso, sentía su felicidad recorriendo por mi cuerpo en descargas eléctricas, se sentía bien, me hizo saber que estaría seguro a su lado y eso fue suficiente para mi.

Como era de esperarse, nos quedamos dormidos un buen rato, necesitaba ese descanso. Leo dormía por la borrachera y daba muy leves ronquidos, yo me desperté antes y me deslicé de sus poderosos brazos para poder levantarme e ir a tomar algo a la cocina.

En la sala los chicos traían un alboroto por un juego de vídeo del Xbox que Mink les había obsequiado, me ignoraron incluso cuando pase lentamente a un lado de ellos. La convivencia era parte fundamental para que el grupo trabajara en conjunto, logrando mayores resultados, era importante mantener esa armonía y yo no quería que hubieran mas problemas por mi culpa, todo lo que nos ha quitado la sonrisa, ha venido por mi cuenta, era tiempo de cambiar eso, sacrificarme más por ellos sería mi forma de agradecerles lo mucho que cuidan de mi, incluyendo a Leo.

Salí a caminar un poco mientras los chicos jugaban con la consola, yo no estaba de humor para hablar con nadie, así que me decidí a tomar una larga caminata y lograr poner en orden mis pensamientos.

Me sentí un estúpido una vez que salí de la habitación y dejé a Leo dormido después de decirle que sí a sus sentimientos, me entristece saber que mi última pregunta hacia él la haya tomado tan a la ligera a pesar de su significado. Tal vez el alcohol lo tenía nublado en su parte racional y no se dio cuenta que lo que está a punto de pasar nos ponga grandes pruebas o simplemente, nos separe para siempre. Todo es cuestión de esperar, no me dejaré vencer.

Había comprado una paleta de hielo y estaba sentado en uno de los columpios del parque, cuando mi teléfono sonó. La pantalla decía Mink.

—Hola —contesté.

Del otro lado del teléfono se escuchaba una respiración agitada. Esperé a que contestara.

—Sé que no han pasado ni 12 horas pero, quiero verte —su tono era suplicante, me alarmé por el contenido de su mensaje.

Sí, no han pasado ni 12 horas y ya me esta buscando. Me sentí halagado ya que él me gusta demasiado, pero no podía traicionar a Leo, no ahora.

Debía comenzar a pensar en Mink como lo que era, dinero fácil, dinero necesario, pero me era difícil sentirlo.

—Tengo trabajo por la mudanza y además quiero dormir, espero que no sea una molestia para ti.

Recargué mi cabeza en la cadena que hacía colgar el columpio escuchando como suspiraba en el auricular.

—Tienes razón, debo dejarte descansar. Cuida mucho de ti, ya te extraño.

Me hizo enmudecer, deseaba decirle que pasara por mi y me llevara a cenar a uno de esos restaurantes que tanto me gustaban, decirle que yo también ya extrañaba verlo y que su compañía me gustaba, pero era hacer mas tortuoso el camino.

—Lo siento. Cuídate Mink, estaremos en contacto —y colgué sin esperar una respuesta.

Estaba decepcionado y triste pero era importante no hacerle ilusiones, Leo era mi destino y eso no se puede modificar, además una vez terminado el contrato no volveré a verlo. Mink desaparecerá de mi vida así como llegó y tal vez hasta entonces sepa que es lo que me deparará éste camino.

FAMA (VIXX Fanfic Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora