Capítulo 36. La vida se te hará más fácil.

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¡Joder! He olvidado completamente que Niall no sabe de mi otra vida.

—Que la policía nunca agarró a quiénes fueron. -Trato de arreglarlo-

—Dijiste "no hemos agarrado". -Dice al hacer comillas-

—Pues sí, me da coraje que aún no sepamos quiénes fueron, y que los idiotas de los oficiales nunca hicieron nada. -Continúo haciéndome tonta-

—¿Y cómo sabes que no hicieron nada? -Defendió arqueado su ceja-

—De seguro los que mataron a nuestros hermanos tienen algún acuerdo con todos los idiotas oficiales que no sirven de nada. -Digo molesta-

—Yo sé que la policía hizo algo. -Defiende aún- No sabes cuántas veces estuve en las oficinas de policía, cuantos años con tal de saber que idiota fue.

—¿Y ya lo sabes entonces? -Me cruzo de brazos, él calla dándome la razón- Ves, lo único "bueno" ahora -Hago comillas con mis dedos- Es que la nueva policía es un poco más lista que la pasada.

—No hables de ese tema si no sabes nada. -Dice molesto- No puedes echarle la culpa a los oficiales cuando en realidad la culpa es nuestra.

—¡Que pares de decir eso con un maldito demonio! -Alzo mi voz- ¡Joder! Fue nuestra culpa Niall, pero admitirlo no los traerá a la vida de nuevo. -Alza sus cejas sorprendido a mis crueles palabras-

—Me molesta de sobremanera que finges estar bien cuando no es así, tú misma sabes cómo me siento, porque ambos sabemos cómo te pones en el cumpleaños de tu hermano. -Me señaló molesto- Entiéndeme ahora.

—¿Te molesta que salga adelante de esto? -Pregunté incrédula-

—¡Tú me obligaste a ir a esa fiesta! Hartaste a todo el mundo hasta que todos accedieron, si no hubiera sido por ti, nuestros hermanos seguirían vivos _______. -Dice, wow, ¿En qué momento esto se volvió mi culpa?-

—¿Sabes? No sé ni porque me tomé el tiempo de venir hasta acá, claramente tú estás perdido amigo. -Me alzo en hombros- El día de que dejes de culpar a los demás, la vida se te hará más fácil.  -Sin más, me doy la media vuelta furiosa encaminándome al carro que está afuera del panteón-

—¡Espero que encuentres a un amigo que esté ahí cuando más lo necesites! -Me grita al encaminarme-

Es tanto mi enojo que no le tomé importancia a sus palabras. Entro al auto y acelero a toda velocidad para salir de este deprimente lugar. Voy sin quitar la mirada de la calle, a toda velocidad rumbo a Magnium. Estaciono el carro con enojo y sin pensarlo, me adentro al edificio, donde voy ignorando a cualquier persona que se me acercara hasta entrar a mi oficina y cerrar. Me siento en el sillón y respiro hondo varias veces, tomo una de las pastillas para relajarme y espero a que este dolor de cabeza se vaya. No pasaron más de cinco minutos cuando tocaron la puerta.

—Pase. -Digo al ponerme de pie del sillón mientras se abre la puerta-

—Miller. -Se adentra mi jefe a mi oficina cerrando después- Creí que no te presentarías hoy. -Me dice, noto que trae un folder en sus manos-

—¿Qué misión tienes para mi? -Me cruzo de brazos preguntando de golpe, alza una ceja con confusión-

—¿Está todo bien?

—Por supuesto que sí. -Creé una sonrisa sarcástica- ¿Tienes alguna misión para mi? -Pregunto de nuevo, me observa poco convencido-

—Vamos a tu escritorio. -Me dice al caminar a él, ambos nos sentamos en las sillas, él sacó unas hojas y fotografías acomodándolas por toda la mesa- Zane Morgan. -Señala a un muchcacho en una fotografía, aspecto delgado, cabello rubio dándole al blanco, alborotado, de tez blanca y un poco grande de edad, vaya como de treinta años- Él ha sido nuestro dolor de cabeza.

La Criminal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora