La Criminal.

Capítulo 100. Nunca confíes en un criminal.

El beso comenzó a tomar velocidad, mi cuerpo se calienta al igual que mis hormonas. Harry bajó sus manos a mi cintura mientras que yo continúo jugando con sus rizos, hasta que bajé mis manos a su camisa comenzando a desabrochar los botones con lentitud, pude quitársela completamente dejándola caer fuera del alcance, su cuerpo está tan tibio que puedo sentirlo con tan solo un roce en su pecho. Él acomodó mis piernas para que rodearan su torso, pasó mis manos detrás de su cuello lentamente para así poder ponerse de pie mientras me tiene cargada en su torso. Continuamos besándonos, nuestros labios se rehúsan a separarse, Harry comenzó a caminar cuidadosamente hasta llegar a las escaleras y comenzar a subirlas, bajé a besar su cuello con delicadeza y lentitud mientras que él se encamina a mi cuarto hasta por fin llegar a él.
La lluvia está a todo lo que da, dejando ver sus relámpagos a través de mi ventana. Me dejó caer con serenidad a la cama, recostando mi cuerpo a lo largo de ella, mientras que él se coloca encima de mi de rodillas, con mi cuerpo en medio, para así ir subiendo mi blusa hasta quitarla, pasó rozando su dedo índice por todo mi abdomen contemplándolo, y bajó hasta mi pantalón y comenzó a desabrocharlo.
Lo contemplo con calma mientras trata de quitar mis jeans, observo con la delicadeza y ternura que lo hace, el sexo con Harry siempre ha sido brusco, rápido y salvaje, pero esta vez siento tanto amor en cada lento movimiento que hace, tal vez no sería amor, pero sería lo más cercano a ello.

Volvió a mi con lentitud al ya haberme quitado el pantalón, recostándose sobre mi contemplando mi rostro antes de volver a besarme.

—¿Te das cuenta cómo me estás cambiando? -Pregunta agitado, ambos nos vemos a los ojos, dejé salir una sonrisa sincera y me acerqué a sus cálidos labios. Volví a rodear su torso con mis piernas para acercarlo aún más a mi, la manera en que nuestros labios congenian a la perfección nos agita aún más a ambos, bajé mis manos a su pantalón para comenzar a desabrocharlo hasta lograrlo, con mis pies fui bajándolo hasta que el terminó de quitárselo, bajó sus manos a mi espalda para encontrar el broche del sostén. Dejé escapar una risa al notar que no podía desabrocharlo.

—¿Necesitas ayuda? -Él soltó una pequeña risa-

—Ya lo tengo.

Ambos volvimos a reír hasta que por fin lo logró, me lo fue quitando con delicadeza dejándolo caer fuera de la cama. La lluvia cada vez sube más su intensidad, dejándose oír fuertemente. Harry contempló mis senos, para bajar a besarlos con cierta pasión que me alborota cada vez más. Lo hace con tanta experiencia que me encana cada movimiento que hace sobre mi cuerpo, suelto un gemido cuándo mordió uno de mis pezones, y lo siguió haciendo continuamente al ver que lo disfruto con placer, fue bajando por mi abdomen hasta llegar a mis bragas, se alzó para deshacerse de ellas con cierta velocidad, subió una de mis piernas a su hombro, para así comenzar a besarla de la manera más sensual que se pudiera, e incluso dejando marcas cuando subió a mis muslos, mientras que yo doy pequeños tirones de su cabello. Estoy completamente desnuda ante él, mientras que él continúa en bóxer. Subió nuevamente a mis labios, ya estamos los dos muy agitados dejando salir pequeños gemidos de placer. Me tomó de la cintura fuertemente para alzar mi torso, con su otra mano tomó de las sabanas para bajarlas rápidamente, alcé mi cuerpo para que lograr quitarlas. Lo hizo y se paró de la cama, buscando su pantalón para sacar el condón de él. Se quitó su bóxer para poder ponérselo, no tardó más que ligeros segundos. Regresó a estar sobre mi después, poniendo las sabanas sobre nosotros hasta el nivel de su cintura dejando ver todo lo demás. Volvimos a besarnos apasionadamente hasta que le mordí el labio inferior con brusquedad, noté que lo excitó mucho más por la forma en la que se tensó.

—________.. -Pronunció mi nombre con trabajos-

Tomó de mis manos extendiéndolas para que no tuviera como moverme, las agarra con mucha fuerza hasta que quitó una de ellas para comenzar a introducirse en mi. Solté un gran gemido cuando por fin lo logró, un gran gemido de placer, volvió a subir su mano para tener las mías bajo su control, mientras comienza a moverse con fuerza. Gemidos constantes salen de mi boca mientras entra y sale. Es un momento muy placentero para ambos, la forma en la que se mueve me encanta, como me tiene agarrada prende más mi cuerpo.
Decidió bajar a mi cuello mientras continúa moviéndose.