Capítulo 75. No tengas miedo.

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Mi desesperación ya es mucha por tratar de abrir la maldita puerta, mis manos comienzan a sudar al tratar de hacerlo. Escucho como se abre otra puerta detrás mío, metiendo completa luz a dónde estoy.
Es Travis, hay luces muy amarillentas y brillosas que hicieron que entrecerrara mis ojos, logré visualizar estantes de libros.

—Debí haberte advertido que eran dos puertas como en la entrada. -Dice apenado, un alivio rodeó todo mi cuerpo y pensamientos. Me siento estúpida por haber pensando tantas cosas hace unos segundos que no pude evitar soltar una pequeña risa-  Creíste que te haría algo, ¿Verdad?

—Me espanté. -Digo al salir-

—Corrí por la otra entrada al oír que tratabas de abrir desesperadamente.

—¿Hay otra entrada? -Él asintió-

—Por la parte de afuera. -Señaló-

Contemplaste lo hermosa que es la biblioteca, y lo grande que es por igual, estoy sorprendida.

—Iré ahora sí por las bebidas. -Dice y río apenada- No te vayas a perder.

—Te prometo que no. -Él sonrió- Gracias Travis.

—No hay de qué. -Una sonrisa tímida se formó en sus labios-

Comencé a bajar las escaleras ya que la biblioteca está para abajo, aspiro el olor a tantos libros en una misma habitación, esta debe ser casa de sus padres, dudo que Travis haya conseguido esta casa él solo. Escucho como la lluvia se va soltando cada vez más, y esta vez con ruidos desde el cielo, truenos que espero que no fueran más ruidosos. Camino por los pasillos con grandes estantes de libros, paso mi mano por el relieve de cada uno, hasta llegar a una pequeña sala, una mesa en medio con cuatro sillones individuales a su alrededor, me senté en uno de ellos, poniendo mi atención en una cajita en el centro de la mesa, mi curiosidad fue mucha, así que la abrí con cierta delicadeza, saliendo de ahí un pequeño violín que toca una hermosa melodía por aproximadamente treinta segundos, repitiéndose cuando acabara.

—Es muy bonito, ¿No es así? -Volví a sobresaltar, qué mala costumbre tiene Travis de no hacer ruido alguno al caminar o acercarse-

—Eres demasiados silencioso, ¿Sabes? -Dije al tomar el vaso de limonada que trae, él rió-

—Sería un buen ninja, me lo han dicho. -Ahora reí yo a sus palabras-

—Gracias. -Dije al tomar de la limonada- Está muy rica. -Pongo el vaso encima de una servilleta sobre la mesa, él se sentó en frente mío- ¿Qué tipo de terror vamos a manejar?

—¿Qué te parece si nos conocemos más primero? -Me puse nerviosa a la pregunta, al gran desvío de tema, tengo que relajarme, es solo un amigo que quiere conocerme más-

—Creo que estás muy incómoda, no me sentiré mal si te quieres ir. -Dice amable, genial ______, lo hiciste sentir mal y ahora me siento una mierda- No soy criminal, ni violador, en serio solo soy otro adolescente como tú.

—No, no, perdóname por favor, soy estúpida, estoy bien. -Sonreí amable- Me gustaría que nos conociéramos, perdóname.

—Eres libre de irte. -Insiste-

—No quiero irme. -Volví a hacer una media sonrisa, por fin él sonríe-

—Deberías saber que eres la primera persona de la escuela que invito a mi casa, o bueno.. -Entrecerró sus ojos- Tal vez a la primera persona que invito de todo el mundo. -Me agrada el buen sentido del humor que tiene-

La Criminal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora