La Astucia del Zorro, La Ferocidad del Luchador.

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Konichiwa, Gente Lectora. (^-^)/

Finalmente me han dado mi celular. Y ya les traigo el nuevo capítulo No. 37. (^-^)

No me maten. (/-~-)/

En este capítulo finalmente verán que paso con Arima y Arawn, y posiblemente también comiencen las sulfurantes peleas de Luffy. \(*^*)/

Espero os guste.

Disfruten su lectura...

¿Nunca ha llegado un momento de su vida en el que se detienen y se preguntan a sí mismos qué mierda hago con mi vida ó q rayos hice para llegar a esta situación? Pues eso mísmo me lamentaba una y otra vez.

Un nuevo gritó resono de forma dolorosa por toda la habitación, un grito masculino desgarrador que haría a cualquiera que lo oyera temblar, pero yo no solo lo oía, veía en primera fila todo un espéctaculo de horror y gore en vivo.

Arawn se había ofrecido tal y como me dijo. Sin embargo, Fox se mostró renuente a tomarlo como su primer "compañero de juegos", alegando que yo era más cercana a su Fianse, pero con la insistencia de Arawn, le acepto con una torcida sonrisa en sus labios.

Ató a Arawn a una silla, y a mi en otra contigua colocada estrategicamente para que absolutamente todo estuviera al alcancé de mi vista, con Weissmann vigilandome de cerca por si quería escapar.

-Ahrg.-Otro gemido de dolor surgio desde lo más profundo de la garganta de Arawn junto a una risa psicópata de Fox.

-Vamos, Arawn-kun. Dame un poco de diversión antes de irme.-Fox me volteo a ver mientras dejaba las pinzas en la mesa de instrumentos.-Arima-chan, ¿disfrutas el show?.

Me negué a responderle y simplemente mire como tomaba el bisturí, acercandolo peligrosamente al cuerpo herido de Arawn, nuevamente.

Quería que parará, me sentía impotente por no poder hacer nada por Arawn, sentía que rompería a llorar, pero no me lo permitía, no le daría ese gusto a Fox.

Mire con temor hacía Weissmann.

Miraba con rostro apasible la dolorosa escena, sin decir nada o siquiera mover un músculo.

Qué alguien nos ayude...

(::::)

Luffy corrió todo lo que sus piernas le permitían, deteniendose un rato para tomar aire. Jadeando, colocó sus manos en sus rodillas por el cansancio.

-Te falta poco.-Una voz masculina le hizo ponerse alerta. Aunque la pose de la Grulla no era exactamente ponerse alerta.

-L, no asustes gente así.-Dejó de hacer esa pose de películas antiguas de karate con un suspiro.-Alguien podría morir.-Le regaño, como si el sigilo de L fuese un grave problema para muchos.

-Te sugiero que te apresures. Ella no esta a salvo con alguien como él.

Luffy cerró los ojos y recupero aire para hablar, pero al abrirlos, L ya no estaba por ninguna parte, se había esfumado como humo.

-Ya lo sé.-Murmuro Luffy molesto, comenzando a correr de nuevo.

No sin antes ver el paso de destrucción de la habitación que seguía. Y si no lo mal calculaba, L había venido de esa habitación.

Sacudio la cabeza.

Tenía que concentrarse en salvar a su novia y al novio de su amiga. Siguió corriendo sin detenerse, porque aunque no supiera a donde ir, tenía un presentimiento.

Añoranza IrrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora