Disfruten su lectura.
(::::)
N miró por la ventana, ver las hojas rojizas caer de los árboles siempre había sido un pequeño placer de la vida que se había permitido. Quito su vista del hermoso paisaje otoñal para mirar la habitación donde estaba.
Era espaciosa, de techos altos, paredes color carmín y piso pulido de madera blanca. Muebles de caoba y alfombras de colores carmín y almendra, una gran cama matrimonial con ropa de cama color negro y almohadas grises, por ultimo un piano de cola color marrón cerca de un rincón. Tenía un aspecto muy agradable y era cálida, muy a pesar del frío que empezaba a hacer por la época del año.
Soltó un suspiro.
-Veo que estas cómoda.-Una voz profunda y cariñosa floto hasta sus oídos junto con una silueta en su visión.
-Estoy bien, Foxy.-Respondió N, con una pequeña sonrisa en sus labios.
Fox se acercó a la albina y la abrazo por detrás, hundiendo la barbilla en el hueco del hombro y el cuello, sintiendo de buen agrado la suave piel pálida de su amada. N alzó una mano y acarició suavemente el antebrazo de fox con la palma.
-Toca algo para mí.-Fox pronunció, cerrando los ojos un segundo antes de volver a abrirlos y decir de forma lenta y atractiva lo siguiente:- Algo doloroso y triste.
-De acuerdo.-Dijo N, levantándose junto con Fox de la silla.
Ambos caminaron al piano y se sentaron en el banquillo. N abrió la tapa para revelar las impecables teclas de marfil. Pensó en una canción acorde a la sugerencia de Fox y después procedió a tocar las teclas con sus dedos, deleitando a Fox con la bella canción que comenzaba con maravillosa lentitud.
Fox sonrió.
Había esperado tanto tiempo para esto; para volver a aquellos días en el que su amado ángel blanco y él se amaban; para volver a sentir la calidez de su primer y único amor; para ser feliz junto con la única persona en el mundo que lo entendería. Poco le importaba el hecho de que casi destruye toda una ciudad por ella y que la obligo a venir con el a este pequeño paraíso que el había encontrado en su búsqueda.
Serían felices hasta la eternidad, pensó.
Vio por ultima vez los dedos de N bailar con gracilidad en las teclas antes de cerrar los ojos y dejarse llevar por la canción tan agitada y triste, justo como su corazón.
(::::)
Arima soltó un suspiro pesado.
Mirando todas esas brillantes estrellas que se mostraban por todo el firmamento, la luna no se mostraba por ningún lado en todo ese manto oscuro lleno de estrellas blancas. Esta noche había Luna Nueva.
-¿Qué haces?-Una voz familiar la hizo voltear a quién interrumpía su momento con las constelaciones.
-Veo las estrellas, supongo.-Arima dijo con un encogimiento de hombros, viendo como Arawn tomaba asiento a su lado con cuidado de no caer. Estaban justo en la orilla de un techo, en lo alto del edificio departamental donde todos vivían desde el incidente.
-Me refiero a qué estas pensando.-Arawn le dio una sonrisa.
-Oh.-Arima soltó algo desconcertada.
Se encontró con que ni ella sabía que pensaba con exactitud. Había muchas cosas llenando su cabeza; el incidente, el entrenamiento, la escuela, N y su hermano L, Luffy, entre otras muchas cosas.
-Sabes que ya estamos cerca.-Arawn comento al ver a Arima entrar en un estado de trance por sus pensamientos.- La encontraremos.
-Pero, ¿y si soy débil? ¿Y si vuelvo a dejar que todo pase frente a mi y no hago nada?.-Arima soltó de golpe, sintiéndose enferma de repente, mirando sus manos temblorosas en su regazo.
-Entrenas más duro que nadie, eres incluso mejor que yo.-Arawn trato de animar a Arima, colocando su mano en el hombro de su amiga en señal de apoyo.- No hay duda de que eres fuerte.
Arima miro a Arawn y le dio una sonrisa de agradecimiento.
-Gracias.
-De nada.-Arawn le devolvió la sonrisa. Entonces, de golpe se acordó porque había venido haya arriba en primer lugar.- Ah, cierto. Luffy te esta buscando.
-Voy en seguida.-Arima se levanto y entró por la puerta de servicio apresurada.
Arawn vio a Arima desaparecer por la puerta y volvió su mirada al cielo.
-Estrellas, ¿eh?-Murmuro, recordando el momento de cuando había despertado y N ya no estaba.
Recordó inevitablemente el sentimiento desgarrador, el vacío de su corazón por la falta de N. La extrañaba tanto, atesoraba fervientemente todos los momentos dulces que compartió con ella. Pensaba en su hermosa sonrisa llena de tristeza, en sus muchas acciones sin sentido, en su retorcido sentido del humor y en lo fácil que podía seducirlo. Pensaba en la suavidad de su cabello blanco todos los días, pensaba en sus apagados ojos azules cada mañana, pensaba en su piel pálida y lechosa en clases, y pensaba en sus pequeñas muestras de afecto cuando lo invitaban a salir chicas de la universidad. Pensaba en ella cada momento, siempre lo hizo desde que descubrió que la quería. Ahora se estaba haciendo fuerte por ella y solo por ella, nada más importaba en el mundo para él. Nada reemplazaría a su querida media naranja.
No cabía duda que la encontrarían y la traerían de vuelta a casa, así dieran su vida en ello...
ESTÁS LEYENDO
Añoranza Irreal
FanfictionEs la historia de Arima, una chica de 18 años que esta por graduarse de la Preparatoria y cumplir su sueño de convertirse en Universitaria. Su vida da un cambio radical cuando un chico de nombre Luffy se cambia a su escuela y es aquí donde una vida...