Capitulo 14

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Capitulo 14

-¿Por qué me haces venir corriendo?-preguntó Peter con respiración muy agitada y con las manos apoyadas en las rodillas.

No le presté atención a su pregunta, lo único que me importaba era la caña de pescar que me había dado Raimundo esta mañana.

Miré para todos lados pero no estaba donde la había dejado. Caminé hacia los arbustos y árboles para buscarla ahí, pero tampoco estaba ¿Cómo puedo ser tan inconsciente? ¿Qué me diría Raimundo? No, no me diría nada porque me iba a matar, después a quemar y por último meterlo en un saco para tirarme al rio y deshacerse de mi cuerpo.

-¿Qué estas buscando?-preguntó Peter tirado en el pasto. Estaba muy cansado.

-A pesar de que eres extremadamente delgado te cansas demasiado-dije ignorando su pregunta.

-Callate y dime que estas buscando-ordenó.

-La caña de pescar que me dio Raimundo-dije caminado hacia donde él estaba tirado-pero no está por ningún lado.

-¡Y solo me haces venir corriendo-exagero la palabra “corriendo”-solo para buscar una ¿caña pescar?!

-Ajá-respondí sin más.

-Te odio-dijo volviendo la vista hacia mí.

-Yo igual me odio ¿Cómo soy tan estúpida?-no podía dejar pensar en cómo me mataría Raimundo-disfruta este momento conmigo, Peter-dije con la mirada perdida en el cielo

-¿Por qué?-preguntó extrañado.

-Serás a la última persona que vea, Peter. Mi muerte llegará y Raimundo será m asesino-dije seria  y con la mirada perdida en el cielo.

Peter estalló en risas. Su risa era profunda y contagiosa, se retorcía de derecha a zquierda sin dejar de reír, sus ojos se volvieron llorosos por la risa. Se levantó del suelo; aun riendo, me miró unos segundos y dijo:

-Belén, estas realmente loca-dijo y volvió a reír con fuerza- jamás en mi vida me había reido tanto, ¿sabes? Ahora me duele mi abdomen-dijo tocándose el abdomen.

-No estoy loca-dije segura- Raimundo me matará, será mi asesino, quemará mi cuerpo y luego lo meterá en un saco y me arrogará al esté mismo río-señalé el rio- para deshacerse del cuerpo. Como no habrán testigos ni evidencia de que él es el culpable no irá a la cárcel, mi madre y mi hermana morirán sin saber quien me mató. Todo eso pasará, lo sé.

-Creo que te va a llegar tu periodo-dijo serio-o quizá te estas volviendo loca y necesitas que te interne en una clínica psiquiátrica-dijo riendo, de nuevo- ¿sabes? Creo que no estas en condiciones de hacer la limpieza de mi casa, te doy el resto del día libre. Pero mañana si tienes que ir, a no ser que estés muerta-dio media vuelta y se fue.

Me quedé allí sentada ¿Dos horas? Quizá mas. No quería ver la cara de Raimundo cuando sepa que perdí la caña de pescar el mismo día que me la dio.

Me di el ánimo para volver a la casa de Raimundo y decirle cuanto sentía lo que pasó con su caña de pescar.

Sabía cuánto Raimundo quería y apreciaba a su abuelo, y yo la muy inteligente, pierde la caña de pescar de su abuelo.

Mientras caminaba, no pensaba en nada, solo avanzaba hasta la casa de Raimundo.

Toqué la puerta la puerta dos veces, esperando que Raimundo me abriera pero no fue él quien abrió, sino que mi madre.

-¿Dónde está Raimundo?-dije impactada.

-Hola, Belén-dijo mi madre seria.

-Hola-dije con tono cansado-¿Dónde está Raimundo?-volví a preguntar.

En un lugar muy lejano.Where stories live. Discover now