Capitulo 31
-------Necesito que lean lo del final, por favor. Y perdonen de verdad por no haber publicado pero es que he estado muy ocupada--------
Estábamos tomando desayuno en la cocina. No habían mucamas ya que Peter estaba cansado de que le hicieran absolutamente todo y las despidió.
En la mesa había tocino, pan caliente, mermeladas, jugos, café, té, galletas y tortas. Como Peter era un glotón, seguramente comer todo eso solo al desayuno era algo normal.
-¿Se quedarán?-preguntó Peter.
Yo miré a Raimundo. Él sabría que vendríamos algún día, pero no que nos iríamos. Si nos quedábamos, nuestra vida volvería a ser una miseria, ya que ni Raimundo ni yo permitiríamos que Peter nos mantuviera, y seguramente él haría lo imposible para que aceptemos su ayuda.
-Humm…no-dije casi en un murmuro, pero por la reacción de Peter supe que me había escuchado muy bien.
-¿Cómo que no se quedarán? Este es su hogar-dijo Peter claramente afectado.
-No queremos este estilo de vida, Peter. Raimundo, Amelia y yo queremos comenzar una nueva vida…juntos-dijo con calma.
-Pero la pueden comenzar aquí, yo los puedo ayudar-dijo intentando de convencernos.
-Gracias, Peter pero sabemos que tu ayuda va a hacer más que eso-dijo Raimundo.
-Ya lo decidimos, Peter. Pero no se significa que no nos volveremos a ver-dije para alentar a Peter.
-Claro-dijo pero poco convencido.
Terminamos de tomar desayuno. Amelia y Raimundo salieron juntos, él iba ser el encargado de decirle todo a Amelia. Dónde viviríamos, con quién viviríamos ya que Amelia no conoce aun a Federico y Mia, y de cómo son la cosas allá. Mientras que yo fui a visitar a mi madre al cementerio. Peter me llevó y esperó en su auto hasta que yo estuviera lista.
Peter me dijo que era la tumba con la lápida más bonita, y así fue. La tumba de mi madre era hermosa, con flores de todos colores adornándola, una lápida que decía “Aquí descansa Aurora Calvet, esposa de Rodrigo Calvet y madre de Belén y Amelia Calvet.
Nunca dejaste de volar en vida y ahora que ya no estás con nosotros, puedes volar más alto y libremente. Siempre te recordaremos…siempre”
Eso hizo que las primeras lágrimas comenzaran a salir, pero no quería llorar demasiado, no, no quería.
Me senté en frente de la tumba y la miré unos segundos antes de poder decir algo.
-Hola, mamá-se me quebró la voz pero eso no impidió que siguiera- ¿Hace cuanto tiempo que no te decía así? Han pasado muchas cosas este último tiempo, ¿sabes? Me casé…con Raimundo. Siempre tuviste la razón sobre él y yo siempre dudaba, ya que lo encontraba tan estúpido porque…bueno era mi mejor amigo, pero nunca te equivocaste sobre él. También vivo con unos hippies se llaman Federico y Mia, se bañan muy poco pero son personas llenas de vida y increíbles en todo, absolutamente todo. Ellos me enseñaron que por cada cosa buena viene una mala, pero la mala nunca es tan mala como para que la vida sea una miseria. Y ahora lo entiendo…-dije en un susurro-Claro, cuando me fui, pensé que iban a pasar muchas cosas malas, pero no, todo fue maravilloso y eso es muy bueno, pero lo malo de que me haya ido es que las dejé y gracias a eso…tu muerte. Mi vida cambió para bien, pero nada es tan bueno ¿no? Tu más que nadie sabes eso. Me gustaría que estuvieras aquí para decirte un millón de cosas y hacer un millón de cosas juntas ya que nunca pasamos un tiempo madre e hija, pero eso ya no fue. Y nunca será. Lo siento, mamá, siento no haberte dicho las cosas que te tuve que haber dicho: que te quiero, darte la gracias por hacer hasta lo imposible por lograr que no nos faltara nada, aunque los resultados no fueron lo esperados. Jamás te dije lo que sentía por ti, jamás es por eso que me lamento tanto-una lágrima cayó de mi ojo y luego otra- Te quiero, mamá.
Me quedé un rato mirando su tumba pensando que a solo unos metros de mí estaba ella, pero sin alegría, sin vida. Solo un cuerpo físico, sin sentimientos, ni recuerdos ni nada. Pensé en que seguramente me gustaría abrazarla, pero inmediatamente descarté la idea, ya que no iba a recibir su abrazo de vuelta, no iba a recibir su calor ni iba a poder oler su típico olor a menta, ya que se la pasaba tomando té de menta. Entonces de di cuenta de que cuando ella me intentaba abrazar, yo la corría y comprendí que eso la tuvo que haber destruido completamente, comprendí que toda su tristeza no era solo por la muerte de mi padre, si no que gran parte de eso era por mí.
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Siento la demora y que este capitulo haya sido tan corto. Pero necesitaba que supieran que Belén siempre va a vivir con una deuda con su madre y que quizás nunca la va a poder saldar, y que por eso está arrepentida. Necesitaba que supieran que Belén es una guerrera, pero no una guerrera cualquiera, sino, que una que tambien tiene un lado sensible como cualquier ser humano, y así, como cualquier ser humano comete errore, en este caso con su madre.
Gracias por leer (como siempre). Y... ¡LEAN MI NUEVA NOVELA! (no les estoy preguntando, los estpy obligando xd) me gustaría que lo hicieran.
Si les gustó este capitulo pues Voten y Comenten.
Ya quedan unos o dos capitulos para que esto acabe. Pero no sé si hacer un Epílogo entonces les propongo un trato: comenten si les gustaría un Epilogo de Raimundo y Belén. Si no hay comentarios...pues no lo haré.
Soy malvada....jajajjaja
Chaooo....
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En un lugar muy lejano.
Novela JuvenilBelén Calvet es una chica de 15 años, próxima a cumplir 16. Se ve envuelta en muchos problemas son pobres, su hermana está muy enferma y su madre es asmática. Su mejor amigo, Raimundo la ayuda en casi todo pero el igual es pobre, no sabe como consol...