Capitulo 28
Eran la cuatro y treinta de la madrugada, era helada y una leve brisa nos acariciaba las mejillas.
Teníamos todo un plan con Raimundo; el cual lo preparamos toda la noche. Con Mia y Federico no habían problemas ya que ellos son ciudadanos al igual que nosotros. El problema éramos nosotros que no sabíamos nada de lo que pensaban los Slim en la isla, no sabíamos si habían encontrado el cuerpo de Alfonso, si habían creído que su muerte había sido un accidente o un homicidio accidental (quiero creer que a Raimundo jamás se le cruzó por la mente matar a Alfonso).
El plan consistía en tomar el barco que nos trajo a la cuidad, si teníamos suerte el barco se iría hoy a las seis y media de la madrugada. Al llegar a la isla nos iríamos a la casa de Raimundo ya que la mía…ya no está. Como era domingo, seguramente Amelia, el padre de Raimundo y mi madre estarían en la casa. Nos quedaríamos tres días, tres días en los que tendríamos que convencer a mi madre, a Amelia y al padre de Raimundo a venir con nosotros. El mayor problema era convencer a mi madre y al padre de Raimundo ya que ambos habían vivido toda su vida en Fanther y, por el miedo que dan los Slim a la población, no se atreverían a salir ya que lo poco y nada que tienen, lo tienen seguro.
-¿Estás listo?-le pregunté a Raimundo, que tenía cara de sueño.
-Sí-dijo mientras bostezaba. Sabía que le gustaba mucho dormir (a veces llegó a pensar que le gusta más dormir de lo que le gusto yo) y no lo había podido hacer en toda la noche.
-Siento que no hayas dormido-dije mientras tomaba una toalla para entrar a la ducha.
-Dentro de tres días tendré todo el tiempo para dormir-dijo mientras se levantaba y se dirigía al baño conmigo.
-¿Qué estás haciendo?-pregunté. El estaba a un paso de entrar al baño, yo ya estaba adentro. Solo el umbral de la puerta nos separaba.
-Quiero entrar-dijo sonriendo de medio lado.
-¿Por qué?-pregunté y un segundo después supe por qué-No entrarás-comencé a cerrar la puerta pero Raimundo la detuvo con su pie.
-Es nuestro último día aquí-dijo pasando el umbral de la puerta y acercándose a mí.
-¿Y?-pregunté dando un paso atrás.
-No sé…podríamos despedirnos de nuestra habitación de una manera especial-propuso.
-No-dije fría y empujándolo hacía fuera del baño. Rápidamente cerré la puerta y puse a correr el agua para ducharme. Después de veinte minutos ya estaba duchada y vestida.
Cuando salí del baño me encontré con Raimundo tendido en la cama, solo con una toalla amarrada en la cintura. Me acerqué a el para decirle que el baño era todo suyo, pero se había quedado dormido.
Su cuerpo estaba relajado, se veía duro pero suave, su piel era muy lisa, sus costillas se abrían cada vez que inhalaba y se cerraban cuando exhalaba, su pelo negro estaba revuelto y caía sobre su cara con algunas ondas en las puntas, sus largas pestañas enmarcaban su ojo cerrado y su largo cuerpo ocupaba casi todo el largo de la cama. Se veía tan tranquilo, pasivo y adorable tanto que no podía creer que ese Raimundo que estaba allí, era el mismo que en la isla estaba metido en peleas, era conocido por estar con la chica que quería y dejarla cuando se aburriera de ella, pero era el mismo que me había jurado su amor para siempre tatuándoselo en su cuerpo.
Muy lento y con delicadeza moví su hombro, no faltó moverlo de nuevo ya que se despertó de un salto.
Mientras el de duchaba (cosa que se demoraba un buen rato en hacerlo) yo fui a despierta a Mia y a Federico.
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En un lugar muy lejano.
Fiksi RemajaBelén Calvet es una chica de 15 años, próxima a cumplir 16. Se ve envuelta en muchos problemas son pobres, su hermana está muy enferma y su madre es asmática. Su mejor amigo, Raimundo la ayuda en casi todo pero el igual es pobre, no sabe como consol...