Capitulo 10

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Solo una vez había ido a la playa para el cumpleaños número 15 de Raimundo, donde sus amigos le habían organizado  una “fiesta”, la cual para mí fue una experiencia horrible.

-Me gusta este lugar-dijo Alfonso sacando un trozo de torta para mí.

-Si, a mi igual-dije poco convencida, lo cual Alfonso percibió.

-No creo que te guste tanto-dijo recostándose en la arena

 -No, la verdad no-dije recostándome al lado de Alfonso.

-¿Por qué?-dijo Alfonso con la boca llena de torta.

-Malas experiencias.

-¿Cómo cuales?-dijo Alfonso sin despegar la vista de la torta.

-¿Conoces a Rocio Abellán?-dije metiéndome un trozo de torta a la boca.

-Si, la puta de la isla-dijo Alfonso.

-¿Has estado con ella?-pregunté un poco sorprendida.

-¿Qué? No claro que no-dijo con asco-siempre pensaba en ti-dijo Alfonso regalándome un beso en la mejilla.

-Que bien, todo el mundo ha estado con ella, hasta Raimundo. Es un cerdo-dije sonriéndole a Alfonso.

-Bueno, ¿Qué te hizo ella?-quiso saber.

-Los amigos de Raimundo organizaron una fiesta para él por su cumpleaños, yo no estaba invitada y Raimundo se enteró. Me suplicó que fuera a su fiesta por horas, lo único que quería era que se callara así que acepte. Llegue con él a la fiesta y ahí estaba Rocío que me miraba con una miraba aniquiladora. Raimundo sabía lo que Rocío sentía por él, pero yo no, ni siquiera sabía que ella existía. Comencé a bailar con Raimundo cuando Rocío se acerco y empezó a golpearme. Yo solo tenía 13 años y no sabía que hacer, por suerte Raimundo estaba a mi lado y pudo detener a Rocío. Cuando llegué a mi casa mi mamá se asustó demasiado ya que tenía el labio sangrando y muchos moretones en la parte del ojo. Mi madre le preguntó a Raimundo que había pasado y Raimundo no le dijo la verdad. Le dijo que yo había tomado de mas y estaba tan ebria que chocaba con todo lo que estaba cerca mío. Después de eso nunca más fui a una fiesta, bueno hasta que Peter me invitó a una.

-¿Peter Slim?-preguntó Alfonso sorprendido.

-Si-dije un poco asustada por lo que podría decir.

-¿Es tu amigo?-pregunto mas sorprendido.

-Si-volví a decir.

-Que bien, siempre pensé que ese niño era autista o gay, no sé. Siempre pensé que era muy raro-respire aliviada por lo que dijo y que no haya reaccionado como Raimundo.

-Es muy simpático-dije recordando la guerra de agua y jabón que habíamos hecho la vez que comenzamos a ser amigos.

-¿Te gustó la…-lo interrumpí.

-¡Me encanto!-dije con la boca llena de está, lo cual hizo que Alfonso explotara de la risa.

Alfonso se levanto de donde estaba acostado, se quitó la polera y los pantalones. Tiene un cuerpo perfecto, ni tan marcado pero ni tan flaco; simplemente perfecto. Una espalda ancha y fuerte “Consecuencia de cortar tanta madera y cargarla en sus hombros” pensé. Su color de piel era bronceado que combinaba perfecto con sus ojos miel y su pelo negro…

-¿Qué tanto miras?-dijo Alfonso riendo. Inmediatamente sentí como mis mejillas se calentaban, me puse nerviosa y me di vuelta mirando solamente la arena. Alfonso rió mas fuerte y con mas ganas al ver mi reacción-eres muy rara, ¿sabes?-dijo al  mismo tiempo que me tomaba en sus brazos y corría hacia el mar mientras yo gritaba y me retorcía para que soltara.

En un lugar muy lejano.Where stories live. Discover now