Numerosos Vecinos

»Capítulo 1.

Raven*

—¡A comer!

Despego la mirada de la pantalla de mi celular y me tomo unos segundos para procesar las palabras dichas por mi padre.

¡La comida está lista!

Salto de la cama, aterrizo en la alfombra blanca del piso de mi habitación y corro escaleras abajo.

Cuando finalmente llego, me encuentro con una escena tanto graciosa como rara..

Una de las gemelas se encontraba corriendo a toda velocidad por la sala de estar con un corpiño rosa en sus manos, siendo perseguida por Summer.

—¡Copia número 1, dame mi corpiño!— grita la segunda sin preocuparse de que cualquier persona en un radio de 3 kilómetros pudo haberla escuchado, provocando que Abbey comience a reír sin parar.

Noah, quien acababa de salir caminando de la cocina con tranquilidad y un bowl lleno de cereales con leche en sus manos, contempla la escena unos segundos, se encoje de hombros haciendo entender que no planea participar y camina hacia la mesa del comedor, sentándose en una de las sillas y comenzando a comer.

—Tampoco es como si lo necesitaras. —dice encogiéndose de hombros una vez más al recibir una mirada pidiendo ayuda de Summer.

Lo siguiente que ve es un almohadón impactando con su cara, volcando el plato de cereales y leche sobre la mesa.

En ese justo momento, Papá sale de la cocina con una gran bandeja con comida.

—¡Noah! ¿Que te dije de comer cereales antes de almorzar? —pregunta enojado, sin cuestionar quién los volcó y generó un problema en primer lugar, como suelen hacer los padres.

—¿Que no lo haga? —pregunta aunque ya sabe la respuesta.—Perdón papi. —se disculpa rápidamente poniendo voz tierna para salirse de esta.

—¡Me costó sangre, sudor y lágrimas hacer el almuerzo! ¡Te vas a llenar y después no vas a comer! —exclama mi padre señalando la bandeja

—¡Con más razón! ¡No quiero ingerir tus fluidos! —grita asqueada

—Noah, es una metáfora. —explica mamá y luego se gira a mirarme.—¿Vas a buscar a Lou mientras limpio la mesa para comer?

—Mamá, acabo-

—¡Gracias! Está en su habitación. —me interrumpe provocando que suspire, y cuestione internamente porque no podría habérmelo pedido hace menos de dos minutos, cuando todavía estaba arriba.

Ruedo mis ojos y emprendo mi camino a las escaleras.
Otra vez.

Después de unos segundos de subir las escaleras y caminar por el largo pasillo de la parte superior de nuestra casa, finalmente llego a la habitación de Lou, mi hermana más chica.
Al entrar, me la encuentro sentada cerca de una de las paredes con una caja entera de fibras desparramada en el piso, y sus manos completamente cubiertas de líneas de diferentes colores.

¿Que pasó acá?

Giro mi cabeza a la izquierda y noto que toda la parte baja de la pared antes rosa pálido ahora está pintada con las fibras de colores que le di unos días atrás formando un deforme Arcoíris.

—¡Lou!

Ella ríe como solo los bebés pueden hacer, cosa que me hace sonreír y casi olvidar la pared.