Raven
Escucho un fuerte portazo y una cerradura siendo usada arriba, mientras que yo todavía no reacciono.
—¿Qué? —es lo único que logro sacar de mi boca.
Escucho algunas de mis hermanas correr escaleras arriba y encerrarse en sus habitaciones, mientras que Lou se larga a llorar en los brazos de mamá por tanta conmoción, y gritos, casi pareciendo que entiende la situación que está sucediendo.
Las gemelas se dedican a correr gritando por toda la casa, y no las culpo. A su edad, yo hubiera hecho lo mismo.
Mi celular suena y decido que en este momento necesito distraerme, por lo que lo saco de mi bolsillo y me encuentro con la pantalla iluminada gracias a un mensaje de mi mejor amiga; Sydney.
Ella es mi mejor amiga, que vive en la casa contigua a la nuestra. Nuestros padres son amigos desde hace años, así que prácticamente crecimos juntas, ella es una más en nuestra familia y yo en la suya, aunque solo sean su hermano mayor, sus padres y ella.
—Voy a caminar, después hablamos y me van a explicar bien la situación, porque sé que no decidirían mudarnos así por así sabiendo que todas tenemos una vida social acá. —anuncio y ellos asienten apenados, estoy segura de que les duele a ellos tanto como a nosotras mudarnos.
Me levanto, llevo mi plato a la cocina y lo dejo en el lavavajillas.
Un mensaje me acaba de llegar, así que lo abro y leo.
Es de Syd, de hace unos pocos minutos.
"Escuché ruidos fuertes, esta todo bien?"
Suspiro y comienzo a escribir mi corta respuesta.
"No, te veo afuera, es un 3312."
Agarro la correa de Roscoe, nuestro cachorro, luego de decidirme por llevarlo a mi caminata.
¿Recuerdan mi pez? ¿El que saltó de la pecera y –Burbujas, que en paz descanse– murió?
Ese día decidimos que los peces no eran lo nuestro.
Años —y súplicas— después, accedieron que tengamos un perro, con la única condición de que levantemos sus necesidades y le demos de comer... Cosa que realmente solo hacíamos Audrey, Mamá, Papá y yo, pero el perro se quedó.
Bueno, en realidad era una perra de raza Golden Retriever, por lo que entre Audrey y yo (en ese momento Summer no pronunciaba muchas palabras coherentes que digamos) decidimos ponerle Joy, que significa Alegría.
Y luego llegó Roscoe, un perro de raza mastiff inglés, como regalo de papá hacia mamá por uno de sus muchos aniversarios.
Creo que me fui de tema...
Antes de salir —para después no olvidarme— les dejé comida a Joy, ya que supuse que no había comido.
Salgo por la puerta ubicada al costado de la casa para evitar ser interrumpida y me encuentro a Sydney con Puffie (su Pomerania) en brazos.
Bueno, no su Pomerania...
—Bill insistió para que la saque a pasear. —explica bufando antes de que pregunte
Y si, Puffie es el nombre que el hermano mayor de Sydney le puso a su perrita. Lo sé, muy masculino.
—Ya no puedo esperar a que el torpe gigante desocupe esa habitación y pueda armar mi estudio de arte. —suspira con un brillo en los ojos.
Syd quiere tener su propio estudio de arte desde siempre, y me parece algo genial porque ella es una genial artista.
Aunque probablemente yo no llegue a verlo de todas formas...Mi cara se contrae en una mueca.
—Ahora dime, ¿cual es el 3312? —pregunta mirándome
3312 es nuestro código para cuando una emergencia realmente grande sucede o está por suceder.
Inhalo profundo y comienzo a caminar en dirección a la cafetería mas cercana.
Para que sepan, no es muy cercana.
—Lo que pasa es que...
—¿Lo estas haciendo a propósito?, deja el misterio.
Dios, mi mejor amiga es muy ansiosa.
—Sydney, nos vamos a mudar a California.. —suelto sin rodeos
Ella explota en carcajadas haciendo que sus ojos se achinen, y, en un momento de silencio dice;
—Por dios, por un segundo realmente me asusté, después me di cuenta de que era una de tus famosas bromas. ¿Que es, el día de los inocentes? —pregunta y luego vuelve a reír mientras revisa la fecha en su celular.
Freno en seco, medio ahorcando a Roscoe que seguía a su propio paso tranquilamente, y me quedo mirándola.
—Esto es en serio. —le digo, con una mirada basta para que ella se de cuenta de que estoy siendo seria por primera vez en mi vida.
—No...no puede serlo. —niega sin querer creerme.—Se que no lo es. —la miro con tristeza dibujada en mis facciones.—Oh...Es en serio.. —murmura, y luego lágrimas empiezan a caer por sus mejillas.— ¿Cómo vamos a seguir viéndonos todos los días?
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Numerosos Vecinos
Humor❝Todo empezó por un bistec volador. Literalmente. Un bistec volador desencadenó una guerra familiar contra nuestros nuevos vecinos. Nuestros numerosos vecinos.❞ -CRÉDITOS A @Gaia_Withard POR LA HERMOSA PORTADA- HISTORIA COMPLETAMENTE MÍA QUEDA TOTAL...