Raven
Escucho el sonido que hace una cámara al tomar una foto y abro mis ojos con algo de dificultad, ya que hubiera preferido seguir durmiendo.
Al dirigir mi mirada al frente, me encuentro con mi mejor amiga apuntándome con mi propia cámara.
Frunzo mi ceño cuando siento un brazo rodeando mi cintura con delicadeza, miro a un lado y me encuentro la figura dormida de Theo.
Todo lo sucedido ayer aparece en mi mente como un flash y una pequeña sonrisa se forma en mis labios. Escucho a Sydney sacarnos otra foto, y levanto mi mano rápidamente.
—Basta, lo vas a despertar. —Murmuro mirándola y ella sonríe negando.— Y cerrá la puerta que no quiero que se entere toda la casa. —suspiro mientras ella hace lo que le dije y me recuesto nuevamente, disfrutando el calor corporal de Theo.
—Sabía que iban a terminar juntos, lo supe desde que me contaste de su existencia. —Dice con orgullo y yo ruedo mis ojos.
—No estamos juntos, cállate. —Gruño en voz baja desde mi rincón cómodo y calentito y ella me apunta con su dedo índice antes de hablar.
—No todavía. —Sonríe y apaga la cámara. —Deberías cambiarte, ya casi salimos. —Me dice y mis ojos se abren como platos, me había olvidado de que tenemos que llevarla al aeropuerto.
—Está bien. ¿Podrías ir afuera y evitar que mi familia se acerque? Es solo hasta que Theo salga por la ventana. —Pido y ella asiente riendo de forma suave. —Gracias.
Mi amiga sale y cierra la puerta atrás suyo, por lo que me giro a mirar al chico a mi lado.
Sus ojos todavía se encuentran cerrados, su pelo está alborotado y su pecho sube y baja de forma tranquila.
Que imagen más perfecta, me lastima tener que arruinarla.—Pst. Theo. —Murmuro en voz baja y no obtengo respuesta alguna.—Theo. —Lo llamo con una sonrisa en mis labios y apoyo mi mano en su hombro moviéndolo un poco. Finalmente noto que se despierta porque dejó salir un extraño sonido de sus labios.— Tenes que irte, arriba. —Digo resumiendo la situación y él finalmente abre sus ojos con lentitud. Su mirada se fija en mí desde el primer momento que abre los ojos.
—¿Ya? —Pregunta haciendo un puchero con los labios y sin dejar de mirar mis ojos.—Buenos días, Chica tampón.
Sonrío negando y él acaricia mi cintura con lentitud.
—Buenos días, Theo. Tenes que pensar un apodo mejor para mí.—digo y él pasa su mano por su pelo, intentando acomodarlo.—Tengo que ir a despedir a Syd al aeropuerto. —Digo y él asiente, sacando su brazo de mi cintura y estirándose un poco.
—Y después vas a venir a ayudarnos a acomodar la casa. —Agrega, todavía medio dormido y asiento levemente. Me sorprende que se acuerde de eso.
—Si, también eso.
—Ya sé, eso no fue una pregunta. —dice y luego ríe mientras se levanta.—Te veo en un rato, además así te doy esto. —dice señalando la ropa que lleva puesta mientras se acerca a agarrar su jean.— A menos que quieras que me lo saque acá, adelante tuyo. —me mira levantando una ceja, a lo que niego rápidamente mientras me levanto de la cama.
Me acerco a la ventana para abrirla y cuando me giro a mirar a Theo, él me mira con su ceño levemente fruncido.
—¿Qué pasa? —pregunto mientras él empieza a salir por la ventana, girándose para quedar frente a frente con su mirada clavada en mis ojos.
—¿No voy a recibir un beso de despedida? —reclama y yo río, inclinándome hacia él.
—Chau, Theo. —digo y beso su mejilla, provocando que él me mire con desaprobación.
—Eso no cuenta, ya vas a ver. —me dice y después se aleja de la ventana, caminando por el techo y bajándose del mismo para poder correr hacia el cerco que separa nuestras casas.
Me quedo con una sonrisa en mi cara y me estiro, caminando hacia mi clóset. Pero a medio camino recuerdo que no le respondí nada a Theo antes de dormirme.
¡Dios! Que inútil.
Sigo con mi camino porque me imagino que Theo ya va a haber entrado en su casa para este momento, y decido seguir caminando hacia donde tengo guardada mi ropa.
Saco un conjunto para ponerme hoy y me cambio con rapidez.Al terminar, agarro mi celular y salgo de mi habitación, encontrándome a Sydney parada afuera.
—¿Vamos? —pregunto y ella asiente, comenzando a caminar.
[...]
—Voy a extrañarte muchísimo, Syd. —digo con lágrimas en mis ojos mientras sostengo a mi mejor amiga entre mis brazos.
Realmente no quiero que se vaya, ¿quién sabe cuando voy a verla de nuevo?
El último llamado para abordar su avión resuena por el aeropuerto y ella hace un puchero, separándose.—No llores más, por favor. —me pide acariciando mi pelo con tristeza en su cara. —Solo quiero que me prometas que voy a ser la primera en enterarme cuando vos y Theo finalmente sean novios. —dice alzando su pulgar y río débilmente.
—No sé si eso va a pasar, pero está bien. —asiento y ella besa mi mejilla. —Chau, Syd.
—Chau, Rae. —me responde ella y empieza a caminar en dirección a la puerta de embarque con su pasaje y valija en mano.
Me quedo unos segundos para observarla irse y después doy media vuelta, empezando a caminar hacia la salida del aeropuerto.
Al salir, me encuentro a papá esperándome afuera.
—¿Vamos? —pregunta y asiento mientras caminamos en dirección al auto. —No estés triste, seguro la vas a ver antes de lo que pensas. —me dice intentando animarme y yo me limito a mover mi cabeza un poco.
Llegamos al auto y él saca el seguro, subiendo por la puerta del piloto unos segundos después. Yo me subo a su lado y me pongo el cinturón.
Papá enciende el motor y arranca el auto, comenzando a manejar.
Unos minutos después de salir del aeropuerto, decido prender la radio para romper el silencio que se formó en el ambiente y una de las canciones de la banda The Vamps comienza a sonar.
El camino a casa se me hizo largo y un poco aburrido, pero cuando finalmente llegamos me acuerdo de que tengo que ir a la casa de los vecinos a ayudar con la limpieza.
Me saco el cinturón y me despido de papá con una sonrisa.
—Te veo más tarde, Pa. —le digo y él asiente, besando mi frente.
—Antes de irte, ¿por casualidad no viste mi pijama? Lo estoy buscando desde la mañana y no lo encuentro por ninguna parte. —me dice y trago saliva, negando.
—No, perdón. Chau, pa. —respondo rápido y empiezo a caminar a la casa de al lado con pasos cortos y apresurados.
Golpeo la puerta cuando llego y escucho pasos bajando la escalera, seguido de un gran silencio.
Una pequeña ranura se forma entre la puerta y la pared y la pecosa cara de Alec se asoma por ese espacio.—Dios, Raven. Me asustaste, pensé que eras nuestros padres. —me dice abriendo la puerta rápidamente y revelando una sala de estar completamente desordenada. —Pasa, Theo dijo que ibas a venir a ayudarnos.
Asiento levemente y doy un par de pasos, adentrándome en la sala de estar.
—¿Con qué puedo ayudar? —pregunto mirándolo y después a Alec.
—Podes empezar a acomodar acá, ya traigo a los chicos para que nos ayuden. —dice Alec y después corre escaleras arriba para traer a los gemelos.
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Numerosos Vecinos
Humor❝Todo empezó por un bistec volador. Literalmente. Un bistec volador desencadenó una guerra familiar contra nuestros nuevos vecinos. Nuestros numerosos vecinos.❞ -CRÉDITOS A @Gaia_Withard POR LA HERMOSA PORTADA- HISTORIA COMPLETAMENTE MÍA QUEDA TOTAL...