Raven
Estamos en la camioneta hace como 10 minutos, lo cual nos ha dado la oportunidad de hablar.
—A ver si entendí; gracias a que tus hermanas provocaron que un pedazo de carne salga volando a la casa de al lado ahora te encontras en una guerra vecinal con tus cinco vecinos, la cual incluye todo tipo de bromas, por asquerosas que sean.
—En realidad son seis vecinos, pero uno es mayor y no lo vi en mi vida.
—Capaz es porque sos muy despistada... —ríe el y yo lo sigo falsamente porque sé que es la pura verdad, es mas; es mi biografía.
—No te imaginarías... —murmuro para mis adentros.
El auto finalmente se detiene y Dylan se gira a mirarme una vez más.
—¿Ya te dije que estás muy linda?
Alerta: Raven se muere de un paro cardíaco, repito; ra...
Emito un ruido raro parecido a una risa nerviosa mientras el calor sube a mis mejillas.
—Vos también.. —consigo responder de alguna forma, animándome a mirarlo a los ojos.
Soy una ganadora, que decirles. Así se conquista un chico.
—Gracias. Ahora, a lo que vinimos; la cita.
Ah si, la cita.
Un segundo.
¡¿La cita?!
¿C-I-T-A?
¡DIJO CITA!
Para cuando mi cerebro logró procesar dos palabras, Dylan ya se había bajado del auto, y se encontraba dando la vuelta a este, acercándose a mi lado.
Me giro para encontrarlo abriendo mi puerta como todo el caballero que es.
—Gracias. —le sonrío y lo observo cerrar la puerta.
Pego la primera mirada alrededor y noto que nos encontramos a unos metros de una playa semi-vacía, y a poca distancia de nosotros se encuentra un antiguo —pero aún en uso— carrito de helados.
—¿Donde estamos?
—En el mejor lugar de helados de palito del estado.
—¿Según...?
—Yo. —ambos reímos.—No, pero en serio. Este lugar es genial.
—Voy a confiar en tus gustos y darle una oportunidad. —él asiente y me guía hacia el carrito.
A decir verdad, parece una foto sacada de una página; luces cuelgan por doquier, solo que se encuentran apagadas por que aún es de día, las mesas y sillas son de madera gastada, y el carrito es vintage, lleno de calcomanías antiguas y precios de helado.
—¡Dave! —exclama Dylan una vez que un señor algo bajito, castaño y bigotudo emerge de la oscuridad del fondo del carrito.
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Numerosos Vecinos
Humor❝Todo empezó por un bistec volador. Literalmente. Un bistec volador desencadenó una guerra familiar contra nuestros nuevos vecinos. Nuestros numerosos vecinos.❞ -CRÉDITOS A @Gaia_Withard POR LA HERMOSA PORTADA- HISTORIA COMPLETAMENTE MÍA QUEDA TOTAL...