»Capítulo 45.

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Raven

—Así que.. ¿Vos y Theo son algo ahora? —pregunta Austin mientras me ayuda a levantar los vasos que se encuentran repartidos por la sala de estar, provocando que mi cara se ponga roja.

¿Que onda con esa pregunta repentina?

—Eh.. Em.. No sé. ¿Por qué mejor no le preguntas a él? —intento pensar una respuesta, pero termino rindiéndome y él ríe mirándome.

—Estás toda roja. Ya le pregunté, solo quería escuchar que decías vos. —me responde riéndose de mi estado y yo ruedo mis ojos, llevando los vasos que tengo a la cocina.

Los pasos de Austin me siguen hacia la otra habitación y dejan varios vasos más en la mesada.

—Voy a decirle que llegaste antes de que se entere solo y nos asesine a todos por no avisarle. —me dice refiriéndose a su hermano mayor y empieza a caminar hacia las escaleras, dejándome sola en la cocina.

¿Cómo voy a empezar la conversación? ¿Qué puedo decirle?

—Nos encontramos de nuevo. —escucho su voz grave bajando las escaleras y sonrío al verlo.

Su pelo está desordenado y tiene puesta una remera blanca con unos jeans azules. Simple y perfecto.

—Así es. —asiento una vez y él se acerca con pasos tranquilos hasta encontrarse adelante mío.—¿Cómo estás? —pregunto quedando frente a frente con el castaño.

—Estoy genial, dormí muy bien a la noche. —ríe levemente y yo sonrío.—¿Y vos? ¿Como te sentís acerca de que Sydney se haya ido? —pregunta llevando su mano a mi mejilla con suavidad y dejando un mechón de mi pelo atrás de mi oreja.

—La voy a extrañar mucho.. —murmuro mirándolo y haciendo una expresión de tristeza.

—No te quería poner triste, perdón. —responde viéndose arrepentido mientras mi mejilla con su pulgar. Me encanta cuando hace esas cosas.

—No te preocupes, estoy bien. Vamos a seguir hablando por Skype y esas cosas. —digo restándole importancia con una seña y él asiente levemente.

—¿Me das permiso para hacer algo que tengo muchas ganas de hacer? —pregunta y yo asiento lentamente, poco convencida por la sonrisa extraña que acaba de formarse en sus labios.

¿Un beso? Ojalá sea un beso.

Unos segundos después, siento que me levanta del piso y me recuesta en su hombro como una bolsa de papas.

Golpeo su espalda y él ríe, empezando a caminar hacia la sala de estar.

—¡La tengo, chicos! —exclama utilizando su mano libre para amplificar el sonido de su voz.

Los hermanos Gillmore restantes bajan las escaleras con rapidez y los observo con mis ojos entrecerrados.

¡Vine directo a la boca del lobo! Me descuidé por la belleza de mi vecino, le fallé a mi familia.
Soy una desgracia.

—Traicioneros. —consigo decir y Theo ríe, aún sosteniéndome sobre el hombro. ¿Cuánta fuerza tiene este chico?

—Voy a llevarla arriba, ustedes díganle a sus hermanas que la tenemos de rehén. —habla el mayor y observo a Simon y Austin caminar hacia afuera.—Alec, prepara la venganza.

El mencionado corre hacia una puerta debajo de las escaleras y se encierra ahí, dejándome a solas con Theo una vez más.

—¿Me hiciste venir para usarme de rehén? Caíste bajo, Gillmore. —le digo negando y él empieza a caminar escaleras arriba. Se me está empezando a ir la sangre a la cabeza.

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