»Capítulo 34.

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Raven

Estaba revisando mis redes sociales tranquilamente, esperando a que Syd vuelva de traer vasos con agua cuando escuché el grito más agudo y más...fangirl que escuché en toda mi vida.

—¡Ay dios! —siguió después, ahí me relajé un poco al saber que solo es Sydney exagerando todo como siempre hace.

Mi mejor amiga es...fácilmente sorprendida. Supongo que se puede decir así.

Suelto un suspiro extremadamente largo y bloqueo mi celular, para luego dejarlo sobre la cama.

Apoyo mi pie derecho primero y luego le sigue el izquierdo, pero no me levanto. Me quedo pensando al borde de mi cama.

Todavía no puedo sacudir la traición de Dylan de mi cabeza. ¿Suena exagerado? No puedo evitarlo cuando paso mucho tiempo pensando.

Lo que más me dolió...es que lo planeó con Darren.

Una vez que consigo superar lo que pasó, empezar una nueva etapa, él aparece.

Aunque... Debo admitir que siento un gran vacío al pensar en él y en lo que significó para mí. A pesar de lo que hizo...lo extraño.

Y sé que está mal que piense de esta manera, sé que él es malo para mí, soy consiente de eso, pero no lo puedo evitar; quiera o no, él era una gran parte de mi vida y yo de la suya.

Hasta que pasé a ser una parte demasiado importante de su vida, su juicio se nubló y confundió todo entre nosotros.

Sacudo mi cabeza borrando estos pensamientos de mi cabeza y corro escaleras abajo para encontrarme a Sydney haciéndole un interrogatorio a Summer.

Ya creo saber de que trata esto.

—¿¡¿Como que no me contaste que Summer y Simon tienen una cita?!? —exclama indignada mi mejor amiga.

—No sabía. —respondo levantando mis hombros y abriendo la heladera para servirme agua.

—Cuanta atención me prestas. —me dice Summer con sarcasmo.—Te lo dije, solo que no me escuchas.

—Probablemente si lo hiciste. —río entre dientes.— Pero ese no es el punto. ¿Que van a hacer? —pregunto sentándome a un lado de Sydney en la barra de la cocina.

—Ir al cine y supongo que después a tomar un helado o algo. ¿Desde cuando les importa tanto mi vida social?

—Primero; no es vida social, es vida amorosa.—empieza Syd.—Y segundo; ¡A mí siempre me interesó! Más que nada ahora que hay tanto drama por la guerra.

—Hablando de eso. —interrumpo.—Los Gillmore reaccionaron demasiado calmados para mi gusto. O por lo menos Theo. Es decir, si fotos mías así se esparcieran por el barrio lo primero que haría sería llevar todos mis caramelos al sótano y mudarme a vivir ahí.

—No exageres. —dice Summer rodando los ojos, pero sabemos que ella haría lo mismo.

—Aunque es verdad, no fue lo que esperaba. Supongo que solo queda esperar a que ellos devuelvan la broma, ¿no? —dice Sydney, a lo que mi hermana y yo asentimos.

—Bueno, me voy arriba. —digo levantando mi vaso, asi haciendo saber a mi amiga que ya tengo lo que necesitaba

—Okey, yo voy a tardar unos minutos más porque voy a ayudar a Summer con su ropa para la cita. —me dice con una sonrisa, ella ama todo lo que tenga que ver con las siguientes cosas; moda, arte, chicos lindos, comida, arte, chicos lindos y más comida.

Asiento algo dudosa sobre porqué Summer necesitaría ayuda con eso pero de igual manera me voy escaleras arriba.

Una vez que llego a mi habitación, me adentro en la oscuridad (las cortinas están cerradas para que mi habitación parezca un cine) esquivando obstáculos tales como zapatos y remeras que tire el día de la fiesta y aún no levanté que se encuentran desparramados por el piso hasta llegar a mi mesa de luz, donde apoyo el vaso.

Dado que Sydney aún no va a venir (y por lo tanto no puedo empezar a ver la película) decido abrir las cortinas para dejar entrar un poco de luz.

Vaya sorpresa me llevo cuando veo a Simon Gillmore caminando con Summer de la mano en la dirección contraria a nuestras casas.

¿¡Que pasó con lo de cambiarse el atuendo!?

Después veo a Sydney intentando escabullirse sin ser notada hasta la puerta de los vecinos.
Digo intentando porque obviamente yo la vi.

Suspiro y me dedico a ver que es lo que está intentando hacer. Apoyo mi codo en el marco de la ventana y mi cara en mi mano, luego estiro mi otra mano hacia el contenedor lleno de pochoclos que prepare para la película.

La veo tocar la puerta y luego esta abrirse, dejando ver a un desaliñado Theo Gillmore.

Con desaliñado me refiero a en pijama y con el pelo revuelto; claramente acaba de despertar.

Raro ya que son las 5pm.

Debo admitir que se ve extremadamente bien vestido así.

Él pasa su mano por su cara, mientras que Sydney le habla rápido y haciendo señas que no tienen sentido para mí porque no escucho sus palabras.

Theo frunce el ceño y lleva ambas manos a los hombros de mi amiga, tratando de conseguir que hable mas lento, luego la invita a pasar con una vaga seña.

¿Sydney está fraternizando con el enemigo?
Oh no, querida. Ya tenemos demasiado con Summer.

—¡¡¡Noah!!! —grito a todo lo que mis pobres pulmones dan y escucho un golpe y luego algo romperse en mil pedazos.

Ups.

Salgo corriendo de mi habitación y entro a la de Noah.

—¿Que fue eso? —pregunto y no obtengo respuesta, solo a Noah parada en el medio de su habitación con la apariencia de que va a asesinarme.

Oh no..

—Eso, mi querida Raven, fue una de mis estatuillas de vidrio de colección. Y me acabas de hacer romperla.

Mis ojos se abren con rapidez y antes de que pueda salir corriendo, mi hermana salta hacia mí y se cuelga de mi espalda, consiguiendo que ambas caigamos al piso y yo me clave uno de los restos de cristal de la estatuilla.

—¡Ay! —exclamo y ella me mira con sus ojos entrecerrados.

—El karma es una perra. Mas te vale que lo que sea que me quieras decir sea importante. —veo unas gotas de sangre resbalar por la palma de mi mano y mi hermana empieza a verse arrepentida.

—Créeme, lo es. Vamos a espiar a Theo Gillmore.

Numerosos VecinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora