»Capítulo 5.

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Raven

Subo las escaleras con lentitud, casi con flojera, hasta llegar al pasillo de las habitaciones de la planta superior.

Desde acá se escucha la melodía de una canción desde la habitación de mi amiga.

Cuando llego, toco la puerta recibiendo un "Fuera, dejame pudrirme acá, con mi helado de chocolate." como respuesta.

Empujo la puerta y siento como esta golpea algo en su camino para abrirse del todo.

Ups.

Termino de abrir la puerta lentamente moviendo lo que sea que haya detrás.

—Me parece haberte dicho que te vayas, mono subdesarrollado. —insulta ella desde atrás de la puerta, sin moverse ni un solo centímetro.

—Wow, no sabía que pensabas eso de mí. —exclamo divertida

—¿Rae? —pregunta mi mejor amiga asomando su cabeza por detrás de la puerta al reconocer mi voz, cabe agregar que tiene un bigote de chocolate rodeando sus labios.

—La misma. Vengo a pasar unas ultimas horas con mi mejor amiga.

Mala idea.
Segundos después de decir esto, Sydney se larga a llorar a mares.
Me arrodillo a abrazarla y mis lágrimas empiezan a salir sin que me de cuenta, realmente la voy a extrañar.

—Esto es como...como una despedida de soltera...pero seguis soltera. —habla entre lágrimas, tratando de respirar y fallando en el intento por su nariz claramente congestionada.

—Exacto, ¿porque no vamos al cine para olvidarnos un rato de todo? —pregunto tratando de animarla, y al mismo tiempo animarme a mi misma.

—No tengo con que pagarlo. —responde largándose a llorar aún más

—Cierto, yo tampoco. —digo mientras junto mis labios en una línea y rodeo su hombro con mi brazo, pensando otras opciones para distraernos que no impliquen volver a mirar toda mi colección de películas ni gastar plata.

Se escuchan pasos acercándose, tocan la puerta y ambas contestamos "¿Si?" al mismo tiempo por costumbre.

—Hola, Rae, no sabía que habías venido. ¿Quieren bajar a comer algo? —pregunta el padre de Syd, Alex, desde el otro lado de la puerta.

—Pasa. ¿Que hay de comer? —pregunta Sydney con una ceja alzada, repentinamente interesada y abriendo la puerta para que su padre nos vea.

Ey, ¡yo no puedo hacer eso!

—Sandwiches. Y Raven, deja de hacer eso, parece que tenes algún tipo de tic. —me dice riendo ante mi intento de alzar una ceja

Bajo mi ceja y dejo intentar alzarla.
Se ve que no tengo el don.

Las dos bajamos para encontrarnos a Andrew, el otro padre de Sydney, terminando de preparar unos sandwiches.

Sus padres biológicos la dejaron (a ella y a su hermano) en un orfanato, Alex y Andrew los adoptaron a ambos desde pequeños.

Sonrío al sentarme en la mesa y me sueno los dedos para prepararme. Esos sandwiches se ven geniales.

(...)

—Bueno, Syd, creo que es hora de despedirnos... —termino de decir esto y Sydney salta a mis brazos creando un emotivo abrazo.—...hasta mañana... cuando sale el vuelo. —agrego con desconcierto, sabiendo que no es la última vez que la voy a ver.

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