»Capítulo 46.

2.7K 313 32
                                    

Raven

Muerdo mi labio inferior con nervios mientras que mis hermanas, que se encuentran cubiertas de harina y huevos, me matan con la mirada.

Sobre todo las gemelas.

—¿Esto es por las reglas? —pregunto observando como todas me juzgan en silencio y finalmente Summer niega.

—No, yo soy la que menos te puede juzgar por ellas, pero creo que a todas nos molestó el hecho de que te hayas quedado dándole besos a Theo en vez de bajar a ayudarnos. —responde mi rubia hermana menor-mayor.

—Sí, sobre eso. ¡No me dejaba salir! Me subió a su hombro y me llevó arriba. Digo, ¿me ven a mí, una pequeña mujer, sobrepasando a alguien tan alto como él? Tuve que.. ¿rendirme? —hago una mueca.

—Ni siquiera la pasaste mal, ¡estuviste a los besos con el vecino! —exclaman Abbs y Cass casi al unísono.

—¡Perdón! Yo-

Un sonido provoca que las gemelas desvíen su atención hacia el ventanal del frente de la casa.
Mi ceño se frunce levemente y camino hacia allí, haciendo a un lado la cortina para poder ver.

Es un camión de mudanzas.

—¿Qué es? —pregunta Noah acercándose a mí, deteniéndose a mi lado.—Ah, carne fresca. —dice después de observar el camión por unos segundos y yo golpeo su hombro.

—Hasta donde sabemos, pueden ser unos viejito-

Demasiado tarde, las gemelas ya empezaron a correr y saltar por toda la casa, gritando en su propio idioma.

Suspiro y las sigo, agarrándolas entre mis brazos.

—Tranquilícense, ¿okey? Todavía no sabemos si son aptos para bromas. O si estarían dispuestos a unirse a la guerra.

—¡Chicas! ¡Miren! —nos llama Summer y las pequeñas demonios se sueltan de mi agarre para correr hacia la ventana.

Camino hacia ahí al ver que las gemelas me miran con superioridad, y al llegar veo a qué se refieren.

[...]

—Te lo estoy diciendo, ¡esa familia nos va a causar problemas! —exclama Theo señalándome mientras da vueltas por la habitación y pasa sus manos por su pelo.

Creo que es una de las primeras veces que lo veo preocupado, debería disfrutar de la vista.

—Eso seguís diciendo, pero todavía no me explicaste por qué. —respondo intentando conseguir que me cuente una vez más.

—Se podría decir que los conozco. —me dice y asiento, sabiendo que la historia sigue.—El más grande estaba en casi todas mis clases en la escuela, y..

—¿Y...?

Era mi mejor amigo. —responde con un deje de tristeza en su voz y formo una mueca, arrepintiéndome de haber preguntado.

—Theo, perdón. No quise ponerte mal. —le digo, conteniéndome de preguntar qué fue lo que pasó.

—No es nada, tranquila. Fue una pelea tonta, pero después ambos terminamos la escuela y nunca intentamos arreglar las cosas.

—Entiendo.. ¿Pensás que puedan arreglarse? Yo te puedo ayudar, ¡volverían a ser amigos!

—No se si es una buena idea, creo que él me odia o algo así. —hace una mueca y se encoge de hombros, acercándose a mí con sus brazos abiertos.

—¿Por qué pelearon? —pregunto con curiosidad y él hace una cara rara, rodeando mi cintura con sus brazos.

—Nos interesaba la misma chica, y ella me eligió a mí. Igualmente las cosas no funcionaron con ella, no duramos mucho juntos. —responde con simpleza y asiento, analizando su respuesta.

—¿Y valió la pena perder a tu mejor amigo por una chica? ¿Tan increíble era ella? —él niega varias veces y acaricia la piel de mi espalda con las yemas de sus dedos.

—No, pero yo era aún más inmaduro de lo que ya soy y simplemente dejé que Vanessa se metiera en nuestra relación. —me dice y mis ojos se abren con shock.

—¿Vanessa? —pregunto frunciendo mi ceño de forma involuntaria y él ríe asintiendo. Después, lleva una de sus manos a mi frente, acariciando mi ceño fruncido y logrando que lo relaje.—No me contaste que tu mejor amigo estuviera involucrado cuando hablamos de tu relación con ella en la pizzería. —agrego uniendo las piezas del rompecabezas.

—No creo haberlo hecho, no. No resultaba relevante, ni siquiera sabías quien era mi mejor amigo. —responde analizando mis ojos con tranquilidad.—¿Ahora entendes todo? —pregunta y asiento, consiguiendo que él sonría y comience a caminar hacia la cama, llevándome con él con el brazo que sigue teniendo ubicado en mi cintura. Una vez que llegamos, nos sentamos uno al lado del otro.

—Siento que es un buen momento para contarte una historia. —digo después de unos cortos segundos de silencio.

—¿Sí? —pregunta mientras me acuesto en la cama con mi cabeza en su regazo, y él acaricia mi pelo pasando sus dedos por el mismo con suavidad.—¿Sobre qué?

—Mi ex, Darren. Estoy segura de que lo escuchaste mencionar. —respondo sintiendo un pequeño nudo empezando a formarse en mi estómago.—Creo que estoy lista para contarte.

—Sí, escuché de él. Solo sé que no trae buenos recuerdos. Me gustaría saber qué es lo que pasó, aunque sea para entenderte mejor. —me responde y asiento, dejando escapar un corto suspiro de mis labios, preparando la historia en mi cabeza.

—Él siempre había sido mi crush, se podría decir. —digo con un pequeño sonrojo por la vergüenza.— Empezamos a hablar y a hacernos cercanos, me trataba y me hacía sentir como una princesa. Un día, me dijo que le gustaba y yo le dije que era correspondido; nos hicimos novios. —cuento notando un pequeño deje de amargura en las facciones de Theo y sintiendo como sus dedos se detienen por unos segundos.— Todo fue perfecto por los primeros meses, él seguía tratándome como si fuera lo más importante que tuviera... Hasta que eso se volvió demasiado literal. —continúo contando la historia, logrando ver confusión en los azulados ojos del chico. Trago saliva y me preparo, no me gusta llegar a esta parte de la historia.— Cada vez empezaba a celarme más por mis amigos, revisaba mis mensajes y llegó al punto de amenazarme por tener amigos hombres. Me decía que deje de ir a mis reuniones familiares o a salidas con amigos para quedar os juntos todo el tiempo, y yo no sabía que hacer en esa situación. —el chico aprieta su mandíbula y acaricia mi mejilla con suavidad, intentando reconfortarme.—Lo amaba muchísimo por la ilusión de perfección que él había construido, pero al mismo tiempo su carácter real me lastimaba y me aislaba de mis seres queridos. Tuve que cortarle, y no se lo tomó para nada bien. Después de eso, simplemente desapareció. O por lo menos hasta lo de Dylan.

—Rae, yo..

—Odio hablar de esto, pero sentía que era hora de que lo sepas. —le digo mientras él niega sin soltar una sola palabra y me ayuda a sentarme en su regazo, para después dejarme atrapada entre sus brazos.—Quizás pienses que no es para tanto, pero no puedo explicar lo que se sentía estar en esa situación, era agobiante.

—Es verdad; no entiendo la situación, pero al mismo tiempo no creo que no sea para tanto. Era alguien a quien amabas muchísimo, que te tenía que cuidar pero hizo todo lo contrario, no puedo imaginar cuanto debe haberte dolido. —murmura, acariciando mi espalda sin romper el abrazo y siento mis ojos llenarse de lágrimas, por lo que paso mi mano por mis ojos y niego.

—Odio pensar en lo que él y Dylan hicieron. —digo, sin poder evitar que algunas lágrimas salgan y al ver esto él me aprieta aún más en sus brazos, haciéndome sentir calmada de alguna forma.
Me acurruco en su pecho y escucho el latido de su corazón para i tentar calmarme.

—Tranquila, yo no voy a dejar que nadie más te lastime. —susurra contra mi oído y yo asiento.

Le creo.

Numerosos VecinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora