Capítulo 14. ♡

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Miro el cielo gris desde la ventana de mi habitación, y las ganas de verla una vez más se hicieron presentes.

La lluvia no parecía un impedimento para mi, así que ¿por qué no ir a verla?

Tome las llaves de mi auto junto con mi teléfono y salí de mi casa hasta estacionarme frente a su casa.

Baje del auto y camine hacia su puerta, toque varias veces, pero parecía que no había nadie.

Le marque a su celular pero decía que no estaba disponible.

Me senté en frente a su puerta. Tal vez tuvo que salir y no tardaba en volver, y quizá su teléfono se había quedado sin batería y por eso no atendía mis llamadas, o tal vez por el clima no tenía señal.

Un estruendoso ruido en el cielo seguido de relámpagos se vieron reflejados. Sentí caer varias gotas sobre mis hombros.

No me moveré de aquí hasta que pueda verla, necesito hablar con ella.

Después de unos minutos mi cabello ya estaba igual de empapado que mi playera, y por la simple razón de que la lluvia había arreciado.

Pero como dije, la lluvia no es ningún impedimento para mi.

Una hora, y nada, ¿dónde esta?

Me levanté del suelo y justo cuando mire hacia el frente la vi caminar con un paraguas en mano.

¿Alonso? — Me miro sorprendida.— ¿Qué haces aquí?

Camine hacia ella poniéndome debajo del paraguas, aunque ya no tenía mucho caso, estaba completamente empapado.

Lo siento, no pude resistir y vine a verte. — Tome de su mano. — ¿dónde estabas? Te marque pero al parecer no había mucha señal.

Tuve que resolver unos pendientes.

¿Qué pendientes?

— Algo de la escuela, pero ¿hace cuanto que estas aquí?— Me cambio de tema rápidamente mientras caminábamos hacia la puerta.

Uhm, una hora. — Dije un tanto inseguro. — Tal vez dos, realmente no tengo idea, pero no importa, todo valió la pena.

¿Y te quedaste esperándome aquí todo este tiempo? —Asentí.— ¿Y por que no me esperaste dentro de tu auto? Al menos así no te hubieras mojado.

Lo habría hecho, si tan sólo se me hubiera ocurrido en ese momento.

Mi camioneta está estacionada justo en frente, ¿cómo no se me había ocurrido esa idea? Tal vez estaba demasiado distraído pensando en ella que no me acordaba que la camioneta estaba frente a mi.

Espérame aquí, voy por unas toallas.— Me tendió el paraguas y entro a su casa.

No tardó y se asomó con un par de toallas en mano. Baje el paraguas y tome un toalla, la puse sobre mis hombros mientras que con la otra seque mi cabello.

Nos sentamos en su sofá.

¿Quieres algo de tomar?

Un Deseo 2 » a.vDonde viven las historias. Descúbrelo ahora