Capítulo 37. ♡

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Todos estábamos muy cansados, y por todos me refiero a Sandra, aborito y a mi, habíamos terminado más o menos como a las 03:00 a.m. Sandra se despidió de mi, y me deseo un buen viaje, también me pidió que felicitara a Melissa de su parte.

Por lo pronto fui al hotel a descansar, mi descanso sólo sería de una hora, pues el primera viaje a México sale a las 06:00 a.m y se quería llegar a tiempo tenía que despertarme por lo menos dos horas antes del vuelo.

Estaba emocionado por ver a Melissa de nuevo, ya había planeado todo para hoy, quería que todo saliera bien, y esperaba que así fuera.

Cuando llegue al hotel, mi compañero de habitación, ósea Jos, ya se encontraba dormido. Dormía peor que un oso en invierno, y aparte roncaba, sus ronquidos prácticamente se escuchaban en toda la habitación, y puede que hasta en los pasillos del hotel, y no estoy exagerando.

Estaba tan cansado que no me importo dormirme con mi misma ropa, ni tampoco me importo que los ronquidos de Jos resonarán en mi cara. Lo único que hice fue poner mi despertador para que sonara en una hora y tirarme a la cama a dormir.

Entre sueños pude escuchar la alarma sonar, estaba tan cansado que lo único que quería era seguir durmiendo, y eso hubiera hecho si tan sólo mano de Jos no me hubiera golpeado en la cara.

Siempre tenía la mala costumbre de levantarme a golpes.

Apaga esa cosa. — Se quejó adormilado.

Me levanté y la apagué.

Cuando me volteé Jos dormía de nuevo, tan plácidamente como siempre.

Rodé los ojos y me levanté para darme un baño y preparar mis cosas. Traté de no demorarme demasiado pues traía el tiempo encima, y quería llegar a México lo más pronto posible.

Para cuándo llegué al aeropuerto, estaban anunciando el vuelo, así que no tuve que esperar nada. Mi viaje era sólo por hoy, así que no tenía equipaje, no nada por el estilo. Aborde el avión, y después de unos veinte minutos aproximadamente, el avión despegó.

Fueron las dos horas más cortas de la vida, no se sí fue porque dormí en todo el vuelo, o porque moría de ganas por llegar a México, pero sentí que el vuelo fue de media hora, en lugar de dos.

Tan pronto cuando llegue, fui por mi auto, y compre todo lo necesario –o al menos lo que pude conseguir a última hora– para sorprender a Melissa.

Mi siguiente y última parada, fue a casa de Melissa.

Tenía un plan, que de hecho recién acaba de inventar, sólo esperaba todo saliera bien, y que Melissa aún estuviera durmiendo.

Estando frente a su puerta, repase todo mi plan, tomé un suspiro y toqué esperando que alguien apareciera frente a mi, rogando que aquella persona no fuera Melissa porque de ser así, tendría que acudir a un "plan b" y mi cabeza estaba sin ideas por ahora.

La madre de Melissa estaba frente a mis ojos, me sonrió en cuanto me vio y me invito a pasar a su hogar.

¡Alonso! Me alegra que hayas venido, Melissa va a estar muy feliz de verte, en especial hoy, aunque, ahora que lo pienso ¿No estabas en Los Ángeles?

Así es, de hecho llegue hace como dos horas, pedí permiso para venir a México por el cumpleaños de Melissa... Hablando de ella, ¿está por aquí?

Esta en su habitación, durmiendo aún, ayer estuvo despierta casi toda la noche hablando con sus amigas. — Explicó.

Perfecto.

Un Deseo 2 » a.vDonde viven las historias. Descúbrelo ahora