Capítulo 34. ♡

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La mañana siguiente, me había levantado un poco más de las 11:00 a.m.

Baje las escaleras luego de haberme cambiado el pijama por ropa casual, pero lo que no me imagine, fue ver a Carla charlar con mi madre al bajar.

Ambas me miraron a penas baje el último escalón, pero Carla bajo la mirada casi al instante.

Hola.— Saludé.

Mi madre me sonrió de lado, y se disculpó para ir a la cocina, dejándonos solos.

Había silencio, y vaya que era incómodo.

Mi vuelo parte en unas horas.— Habló por fin. — Sólo venía a despedirme de tu madre, y agradecerle por las atenciones brindadas.

Asentí.

Pensé hablar, para disculparme por todo, me sentía mal por lo que pasó ayer, pero ella me interrumpió antes de que pudiera articular palabra alguna.

Antes de irme... Quería disculparme contigo, y con tu novia claro.— Suspiró. — Lamento lo que ocurrió.

Esta bien Carla, no fue tu culpa.

Asintió cabizbaja.

No tienes idea de cuanto daría por estar en lugar de esa chica, no sabes cuanto deseé por que eso me pasara a mi... Pero yo no puedo obligarte a sentir algo por mi, y si ella es la indicada, créeme que nada me gusta más que verte feliz.

Pequeñas gotas cristalinas cayeron sobre sus mejillas, y eso me hacia sentir peor.

No puedo soportar ver a alguien llorar, y menos si fui yo el causante.

Carla...

Me acerqué a ella pero se apartó.

Esta bien... estoy bien.— Suspiró.— Me iré tranquila, sólo si tu me prometes una cosa.

¿Qué cosa?

Prométeme que no importa lo que pase, si ella es la indicada... No dejes de luchar por su relación, y sobre todo, nada me gustaría más que fueran felices juntos.

Carla... Lo siento, me gustaría corresponderte pero amo a Melissa con todas mis fuerzas, y no sólo te prometo eso, si no, sé y estoy seguro de que en algún lugar del mundo está la persona indicada para ti, y en menos de lo que te imagines, la encontrarás.

Gracias. — Trató de sonreír pero más bien fue como una mueca.

Tomó su bolsa y me miró una última vez.

Adiós Alon.

Una media sonrisa se formó en su rostro, antes de salir por la puerta.

Mi madre carraspeó detrás de mi.

Se sentó en uno de los sillones, y palmeó el espacio juntó a ella para que yo me sentara.

Carla me contó todo.

La mire y asintió, dándome a entender que habían hablado sobre el "problema" de ayer.

Después de que te fuiste, ella también se fue. — Explicó. — Le pregunte qué había pasado, pero me dijo que me diría después, supe que algo malo había pasado cuando comenzó a llorar.

Mamá...

Esta bien Alonso, tu no tienes la culpa de lo que pasó, ni si quiera Carla la tiene, ni la otra chica... Pero debiste decirle que tu ya tenías novia desde un principio.

Un Deseo 2 » a.vDonde viven las historias. Descúbrelo ahora