Un Deseo 2 » a.v

Capítulo 24. ♡

Melissa llego minutos después, se sentó aún lado mío reposando ambas manos a sus costados.

— ¿Cómo nos conocimos?— Inquirí curioso.

Se sorprendió por la tan repentina pregunta e irguió la espalda.

La verdad moría por saber la respuesta, sabía que eso podía hacerme recordar más cosas, o al menos tenía la esperanza de que así fuera.

Tragó saliva antes de hablar.

— Bueno... En realidad fue algo extraño.— Frunció su frente levemente.

— Cuéntame, quiero saber.

Me miró y asintió.

Acomodé mis brazos tras mi cabeza como una almohada, mientras escuchaba atento a lo que decía.

— ¿Crees que los deseos se puedan hacer realidad?

Fruncí el ceño confundido por la pregunta.

— Bueno, supongo que si, mi deseo era cantar juntó a mis amigos frente a muchas personas, y que esas personas disfrutarán de mi música al igual que yo, y todo eso se hizo realidad.

La observé asentir.

— Yo también tuve un deseo.— Admitió.

— ¿Cuál?

Suspiró.

— Es muy tonto, olvídalo.

— No creo que lo sea, por favor continúa.— Pedí con la intención de que cediera, lo cual conseguí.

— Yo era una fan, que siempre había estado enamorada de ti. — Confesó. — Mi único deseo era conocerte antes de que fueras famoso, quería saber como sería si tu... Si tu pudieras fijarte en mi como algo más que un ídolo a su admiradora, y se cumplió.

— Ósea que tu deseo de que me fijara en ti se cumplió, ¿no?

— Si, pero no.

Fruncí el ceño.

— ¿No qué?

— Mi deseo exactamente fue conocerte antes de ser famoso, y se cumplió.

— ¿De qué hablas?

Vaya que esta chica me confundía cada vez más.

— Olvídalo, sabía que no ibas a creerme.— Resopló apartando la mirada.

Su larga cabellera castaña caía sobre sus hombros, mientras que un mechón caía por encima de su frente, lo acomodé tras de su oreja para que no cubriera su rostro.

Sus ojos me miraron fijamente y en ellos pude vernos reflejados.

Me sentí extraño.

¿Alguna vez han sentido esa sensación? ¿Esa sensación de recordar haber hecho algo igual, pero que en realidad no recuerdas haberlo hecho? Porque eso era justo lo que sentía ahora y no era la primera vez que me sentía de esa forma.

Su mirada cayó al suelo interrumpiendo la conexión que segundos antes habíamos tenido.

Y entonces recordé algo.

— Melissa...

Su mirada se encontró de nuevo con la mía.

— ¿Si?

— ¿Te siguen dando miedo los payasos?

— Bueno, en realidad nunca pude superar ese miedo, desde que tengo...—Se quedo en silencio mientras fruncía el ceño.— Aguarda un minuto, ¿cómo sabes eso?