Nota y disculpas

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¿Cuánto ha pasado ya? ¿Largos días? ¿Quizá un mes? No dejo de sentirme culpable, en verdad.
Mi psicóloga (para los que recientemente leen, asisto con una por temas depresivos), dice estar preocupada. Cree que debo obsesionarme con algo en particular para evolucionar de alguna manera. En esas opciones se encuentra el escribir. Algo que obviamente me fascina desde los cinco años, pero de igual manera se presenta un problema. El único equipo que tengo para subir los capítulos, lo utiliza mi madre. Es una especie de adicción que tiene con el aparato al que tanto acudo. Y parece no importarle el que le haya dicho que necesito que lo deje. Realmente quisiera usar mi teléfono, pero no es fácil escribir aquí. Es posible, pero necesitaría la opinión de las personas que siguen esta historia.
Hay dos opciones:
1) Que despierte temprano en la mañana (sí, ella gasta mucho tiempo en ese artefacto). Así podría quedarme lo suficiente, poniendo toda mi imaginación en ello, y hacer al menos la mitad de un nuevo capítulo.
2) Escribir desde mi teléfono, lo que demoraría más.
3) Ustedes pueden darme una.

Por favor, deseo entregarles todo mi esfuerzo, y recuperarme de lo que me atormenta y confunde, haciendo referencia a mi bochornosa baja autoestima.
Gracias a los que no se fueron aún. Con amor, M.

Trastornos: Mi extraordinario cielo [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora