28. ¿Deberíamos correr?

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Aviso: La canción de multimedia es japonesa, de una de mis series favoritas, y la letra es hermosa —también tiene que ver un poco con el capítulo—. Si les interesa, escuchenla. Gracias :).

Me pregunto por qué todos intentan alcanzarme ahora, como si fuese una estrella brillante que está a punto de fundirse en la oscuridad y apagarse tan sólo con un simple chasquido. Me pregunto por qué todos tratan de sostenerme para que perdure con más fuerza aquí. Me pregunto por qué  tienden a creer que voy a desaparecer de su vista algún día. Me pregunto por qué, después de tantos desconciertos, no lo entiendo. ¿Por qué él también? De pie, frente a mi, completamente mojado. ¿Acaso es como dijo Derek? ¿Se refería a eso? El llegar más rápido a mí. ¿No era una broma, cierto? Lo decía en serio. Quizá, temía no llegar a tiempo. Quizá, yo no comprendía aún. Es por eso que no retrocedo. A pesar de estar exhausta y terriblemente asustada por lo que pueda ocurrir, no me muevo de mi lugar y dejo que mi acompañante de unos pasos hacia atrás. Sé que no lo quiere aquí, pero yo sí. Necesito saber qué es lo que sabe de mí. Necesito saber si podrá al menos soltar unas cuantas cosas sobre mi pasado, porque no soporto ser solamente un papel en blanco. No soporto desconocer a dónde voy, o qué es lo que quiero. ¿Cuáles eran mis sueños? ¿Qué deseaba hace unos años? ¿Quién es Gary? ¿Qué es lo que George piensa? ¿Qué es lo que vio Derek cuando estaba enferma? ¿Y Kyle? ¿Qué es lo que le hice a Diana? ¿Cuánto tiempo sufrí las heridas que engendró Ansel en mi corazón? ¿Lo detuve alguna vez? ¿Dejé que sólo pasara? Debo llenar las páginas que ahora parecen vacías. Debo reescribirlo todo, o sino, no podré ser yo otra vez.

—Tú.

Fué lo único que bramé en voz alta. No sabía cómo dirigirme a él. Y tenía tantas cosas que preguntarle, pero, ¿cómo lo haría? Su cercanía me pone los pelos de punta. Sus ojos me intimidan. Su respiración llega a mis oídos como si fuese el soplido del viento llegando en forma de espirales, tan tranquilo y estremecedor. Y luego, mi nombre en sus labios. Me hace creer que un instrumento de cuerdas resuena en el ambiente. ¿Qué es eso? ¿Así me sentía meses atrás? ¿Es por estas sensaciones que me enamoré de él, o hay algo más? Es insoportable. Por alguna razón, tengo ganas de abrazarlo. No lo entiendo. Me aterra. Lo desconozco completamente. ¿Cómo actuar ante esto? Quiero alejarme, pero no puedo. ¿Por qué no puedo? Quiero aferrarme a su cuerpo de repente. ¡No puedo responder a eso! Tengo que mantenerme quieta. Tengo que averiguar qué me sucede.

—Lamento lo que sucedió en la escuela, Sky —dice agitado, mientras las gotas de agua se deslizan por su mentón y se dispersan en su torso, perdiéndose en la tela de su camisa—. Fui un completo idiota contigo, pero no todo lo que dijiste allá fue verdad. Es cierto el hecho de que te herí demasiado. Es cierto que mis antiguos amigos y compañeros de clase te humillaron, y estuve presente cuando sucedía. Es cierto que tardé seis años en darme cuenta de cuán rota estabas, cuando George me dijo de tu enfermedad, y me arrepiento. Yo...Traté de disculparme contigo antes de la cirugía. Pasaron tantas cosas que no puedo decirte, Sky, pero una es cierta: Jamás te lastimaría de nuevo —ladeó la cabeza mientras sus manos aún seguían aferradas a sus rodillas—.

>>¡Y no estoy mintiendo! Cuando fui a tu casa para disculparme, me rechazaste y me diste a entender que no querías verme otra vez —suelta ahora, cabizbajo—. Y me diste esto.

En la palma de su mano, hay un colgante. La cuerda se entrelaza entre sus dedos y la piedra atezada que pende de ella, ahora se tambalea en el aire, de un lado a otro, llamando mi atención. Mi cuerpo reacciona, y no lo entiendo, pero avanzo con lentitud, sin decir palabra alguna, hasta alcanzarla. Mi índice se extiende hasta llegar a la dura textura de aquel objeto, y cuando el contacto se establece entre ambos, algo sucede. Es como si el papel blanco en mi mente recobrara unas palabras. Es como si el sonido de una bomba a punto de estallar se implementara en mi cabeza. Es extraño, pero no duele. Sin embargo, mi pecho se oprime y mi corazón se acelera.

Trastornos: Mi extraordinario cielo [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora