20. Mi vecino

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¿Como no recordarlo? Ha vivido en la casa de al lado por más de tres años. Vamos a la misma escuela y compartimos clases, aunque estemos en asientos opuestos. Su padre, Dan, trabaja con mi padre en su empresa. Y su madre, Gringer, comparte su deliciosa comida con nosotros cuando nos reunimos en una cena los sábados. ¿Cómo no recordarlo? Es muy reconocido en el vecindario y entre las chicas. Además, he asistido a su cumpleaños número doce, aunque no recuerdo muy bien ese día. Sé que su abuela le dio una guitarra, la misma que escuchaba cada noche cuando él se ponía a tocar al azar, pero, ¿le entregué algún regalo? De igual manera, no es importante. Aquellos pequeños detalles son insignificantes. ¿Por qué tomarle importancia a una persona con la que no hablo frecuentemente? Sólo comparto breves palabras como un "hola", "¿como éstas?, y "adiós". Aunque reconozco su preocupación y la de los demás. Sin embargo, me extraña el hecho de que se empeñen en que los reconozca. Ese chico, por ejemplo. Gary...¿Quién es? Dice ser mi amigo, pero jamás me lo he cruzado en mi vida. No tiene sentido, a pesar de estar convencido al hablar. No puedo creerle, a menos que haya pruebas que demuestren la verdad en sus argumentos. Y me siento fatal, porque pude ver la tristeza en sus ojos, pero debería entenderlo. Perdí todo aquello que fuese previo a la operación. También desconocía el significado de los puntos debajo de mi cabello. Los que según mi padre, fueron causa de una caída en las escaleras que llevan a mi habitación. Quizá, eso provocó una pérdida en mi sistema neuro-afectivo, o lo que fuera que mencionó mi doctor. Tampoco recuerdo eso. Tal vez, lo mejor sea descansar. Como dijo Ansel, el horario de visitas está por terminar.

-¿Cómo olvidar a mi vecino? -sonrío como lo hice hace unos minutos. Es lo único que puedo dar después de semejante circunstancia: mi sonrisa.

Pero no obtengo el mismo resultado que en mi hermano Kyle. No logro que unas cortas líneas se formen a los costados de sus ojos, o que curve sus labios para mostrar sus dientes -o en su caso, sus hoyuelos. Algo está mal, y no sé qué. Una sensación desconcertante me abarca desde que desperté. Me inquieta, y no encuentro la forma de solucionarlo. Esto lo empeora. Siento que he actuado de forma inusual con los demás. La verdadera razón... Nadie puede decírmela.

-¿Todo está bien? -pregunto con cautela. Ansel muestra un gesto de dolor.

¿Por qué causo esa expresión en la mayoría? Me exaspera. Detesto el que sea mi culpa, cuando no he cometido ningún error. ¿O realmente lo hice sin darme cuenta? ¡Estoy realmente confundida! Tengo que pedirle una explicación a George cuando volvamos a casa. No estoy de acuerdo con sus secretos. Incluso si son "por mi propio bien".

-Estoy perfectamente -exhala-. Sólo un poco cansado. No he dormido en la noche.

-Oh -parpadeo ante esa información. No lo sabía. Lo siento.

-No hay cuidado -ríe.

Allí están esas pequeñas arrugas que tanto esperaba, y aquellos hoyuelos que muestra a diario en la escuela con sus amigos. Pero ¿Por qué en el fondo, siento que no es real?

-¿Puedes decirle a los demás que vuelvan a casa? También a Derek -pido avergonzada-. Necesitan descansar, y tener un buen aspecto si soy sincera -vuelvo a sonreír.

-De acuerdo.

-Eso te incluye, Ansel. Tus padres deben estar preocupados.

-Los llamé en la mañana, pero si eso deseas.

-Realmente lo deseo -insisto.
Estoy bien. No hay razón para quedarse ahora, pero pueden volver a visitarme de todos modos.

Frunzo el ceño cuando advierto una tensión en la anatomía de sus brazos. Sus dedos se cierran en un puño con vigor y su piel toma un color carmesí cuando la sangre se acumula en esa zona. Eso, causa un desasosiego en mi estómago. ¿Es mi culpa en realidad? ¿Debería cuestionarle su repentina actitud?

Trastornos: Mi extraordinario cielo [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora