M: Un capítulo esperado para la mayoría, supongo. ¡Que lo disfruten!
Derek
La conocí cuando tenía once, en cuarto grado exactamente. Su hermano, en ese entonces, no había nacido pero estaba en el vientre de su, ahora, difunta madre. Sky tenía diez. Repetí de año una vez, y a eso se debe nuestra diferencia de edad. Sin mencionar mi altura, ya que eso no se relaciona en absoluto a lo dicho.
Estaba recostado en el césped cuando escuché unas cuantas risas detrás de la cancha de fútbol. Pude oírlas porque todos habían ingresado a sus salones después del segundo receso y yo permanecía aún en el campus con una chica de quinto grado. Nos besábamos, pero fuimos interrumpidos. Parecía ser por un grupillo de mi salón. Reconocí la voz de Peters, mi compañero de banca en Ciencias, y no pude evitar preguntarme qué sucedía. Había un gran alboroto a unos metros, detrás de un gran árbol, el cual no me permitía ver con claridad. Se escuchaban insultos, más risas, cosas caer, y luego, un llanto. Pero no el que esperaba para seguir divirtiéndome con mi acompañante. Era el de una chica. Suplicaba, a lo lejos, que la dejaran en paz. Y luego, un silencio absoluto abarcó la gran hectárea. Los demás, se habían ido.
-Iré a echar un vistazo -le advertí a Nadia. Así se llamaba. Actualmente, no está en esta institución.
-Déjala -sostenía la manga de mi camiseta, pero la aparté de todos modos.
-Te veo luego.
Tomé mi mochila y caminé en dirección a los pequeños sonidos que se producían de repente. Antes de poder llegar, una sombra llamó mi atención.
Quedé perplejo. ¿Cómo fue que...? Su ropa estaba mojada, su brazo tenía unos cuantos rasguños y su cabello estaba desarreglado. El bolso que llevaba en su hombro estaba completamente abierto y en algunas partes rasgado. Sus cosas, sin embargo, estaban allí dentro, pero podían ser visibles para mis ojos. Sus cuadernos con las páginas arrancadas, y sus lápices derramados al igual que la botella vacía junto a ellos -quizá la vertieron sobre ella, lo que explicaba las gotas que caían de su mandíbula y se deslizaban sobre su cuello.
-Disculpa -no sabía su nombre, por lo que intenté llamar su atención de otra manera.
Retrocedió por instinto. Cubrió su rostro cruzando sus brazos como una cruz y cerró con fuerza sus párpados mientras se acuclillaba. Comenzó a temblar y, pocos segundos después, a sollozar.
-¿Acaso luzco como un bravucón? -fruncí el entrecejo.
-¿Eh?
Sus ojos se enfocaron en mí. Eran marrones y debajo de sus pestañas, se notaba una línea rosada sobre su piel. Quién sabe cuánto tiempo estuvo derramando lágrimas en ese lugar. Lo único que me preocupaba en ese momento, eran sus pintas. No se veía nada bien. Además, es la primera vez que la veía. Supuse que era nueva, ya que me ausenté las primeras dos horas de clase, y tal vez, me perdí su presentación. Pero lo que no podía creer era que los de mi propio salón, a tan poco tiempo de conocerle, se las arregló para hacerle pasar un mal momento. Y no sólo eso. ¿Meterse con una chica? Eran despreciables.
-Déjame ayudarte.
-E-Estoy bien. Tropecé y caí sin querer. Eso es todo.
¿Cómo era posible emitir una sonrisa después de aquello? Después de ser humillada de esa manera...No lo entendía. ¿Trataba de ocultar los hechos para proteger a sus victimarios? ¿Por qué no pedía ayuda? ¿Por qué no me dijo la verdad en ese entonces?
-No. No lo está -solté con severidad -. Entiendo que tengas miedo, pero puedes confiar en mí.
-No tengo miedo -comentó en voz baja.
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Trastornos: Mi extraordinario cielo [SIN EDITAR]
Teen FictionSky Hunter es una adolescente que no siempre ha tenido suerte en la vida, pero, ¿quien dice que los demás sí? Todos los adolescentes transitamos dolor, y ella atravesó grandes desgracias. Sin embargo hay una que, incluso siendo la peor de todas, sop...