Capítulo 35.

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Después de bañarme y estar lista baje a la cocina.
Me sorprendí mucho a causa de que todo estaba impecable y en orden, además olía delicioso.
-¡Buenos días Mikey!-
-¡Buenos días ______!-
-¿Te despertarse muy temprano para hacer todo esto?..por que si es así eres un buen amo de casa.- Me reí divertida.
-No me levante tan temprano..y me alegra que pienses que soy bueno..ahora mejor sientate para que te sirva tu desayuno!-
-Esta bien.- Hice un puchero.
-¿Patrick vendrá por ti?- Pregunto mientras ponía unas verduras en mi plato.
-A si es...todavía tengo bastante tiempo.-

Luego de terminar mi desayuno escuche el claxon de un coche y me apresure a tomar mis cosas.
-Nos vemos mas tarde, Jamie esta en sillón vigilas que no se valla a caer.-
-Claro, cuidate y saludame a Patrick.
-Si, hasta pronto.
Salí a la entrada y salude a Pat.
-Hola cariño!- Bese su mejilla.
-¡Hola ______!.- Abrió la puerta del coche como todo un caballero.
-Mikey te manda saludos.- Le dije mientras me abrochaba el cinturón de seguridad.
-Oh valla, que amable.-

Él siempre me llevaba hasta la escuela primaria en donde yo trabajaba.
Y al llegar me despedí rápido de él y entre al edificio.

Ser maestra de musica de niños con rebasados los seis años de edad no era nada pesado, a excepción de cuando reviso sus tareas pero eso no pasaba muy a menudo, por que para mi enseñar y aprender musica debía ser divertido.
Todos aquellos chicos me hacían imaginar a mi pequeño hijo cuando estuviera de esa edad.

Entre al salón de clases y salude como de costumbre y enseguida retomamos el tema del día anterior.

Tiempo después solo faltaban dos horas para que los niños pudieran ir a sus hogares.
Me encontraba escribiendo una serie de notas cuando la secretaria tocó al puerta y me pidió que saliera donde ella estaba.
-Chicos, esperen aquí..- Dije y cerré la puerta.
-¿Que pasa señorita Bean?-
-Profesora _______ ,disculpe que la interrumpa, pero es que su esposo esta en la recepción y dice que le urge verla.-
-¿Mi esposo?- Pregunte extrañada.
-Si, sera mejor que vaya a verlo.-
Le hice caso y al llegar al pasillo note que Mikey estaba cargando al bebé ansiosamente.
-¿Mikey que haces aquí?-
-¡________!¡James! no se que le pasa...tocalo.- Fue lo primero que dijo, luego puse mi mano en la frente del bebe y estaba hirviendo en fiebre. - No quiso comer nada y ah estado llorando toda la mañana y la maldita fiebre no se le quiere quitar.- Volvio a decir agobiado.
-No puede ser....hay que llevarlo al medico ahorita mismo, ve a parar un taxi en lo que le aviso a la directora.-
Él asintió mientras yo me iba lo mas rápido posible a la oficina.
Conseguido el permiso literalmente volé hasta el auto.
-¡Por favor llevenos al hospital mas cercano!- Pidió Mikey exagerando su voz.
-¡James...no te duermas corazón..!- Supliqué acariciando su cabeza.

Rápidamente llegamos a un hospital y al ver a James casi desmayado nos lo arrebataron y se llevaron a una habitación a la cual no negaron la entrada.

-Te juro que intente todo para quitarle la maldita fiebre.- Balbuceó Mikey.
-Eso no importa, lo único importante ahora es que nuestro hijo se ponga bien.- Dije con el corazón acelerado.

Estuvimos dando vueltas hasta que una hora después un doctor salió a darnos el informe.
-¿Ustedes son lo padres del pequeño?.-
-Si, si somos nosotros...¿Que le ocurre?- Pregunto Mikey desesperado.
-Pues al parecer su hijo tiene una severa pulmonía... Y esto podría ser grave si no intervenimos ahora.- Explico aquel doctor mientras mis lágrimas brotaban. -Lo siento pero no hay tiempo que perder si quieren que sobreviva.-

Después de eso me deje caer en la banca fría que estaba a mi lado.
Lo ultimo que alcancé a oír fue a Mikey pidiendo que salvaran a James.

El destino me odiaba, no podía estar una semana ...ni siquiera una puta semana tranquila...por que la tragedia se aparecía mas dura y fuerte que nunca.
La vida nunca había sido justa para mí.

Τrαgiciαη†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora