Capítulo 51.

12 0 0
                                    

-¿Ella te dijo que te quería?.- Preguntó con cara de mucha adolescente que esta escuchando un chisme.
-Así es, pero no lo podía creer, así que después decirnos lo que sentíamos, regresamos a la casa y hablamos sobre lo que paso años atrás. Ella me perdonó y me sentí tranquilo.-
-Pues realmente te ama para perdonarte todo eso.-
-Lo sé, y como las cosas con ella están arregladas, vine a hacer lo mismo contigo.-
-¿Estas seguro de querer hablar sobre ello?- Su semblante se torno menos alegre.
-Tengo que hacerlo o no voy a sentirme bien contigo, se qué lo que hice no tiene explicación alguna, y creeme que siempre estaré arrepentido por destrozar la vida a quien mas amo.-
-¿Por que lo hiciste entonces?.-
-Tu nunca supiste que yo me enamoré de ella desde que la conocimos, todo estaba bien, eramos buenos amigos,pero se puso feo hasta la universidad, cuando tu y ella comenzaron a salir, ¿recuerdas como me veía, te preocupabas pero nunca te dije la verdad?.-
Gerard agacho la mirada.
Suspire y seguí hablando.
-Sufría depresión y otras cosas, tomaba pastillas para dormir todo el tiempo, hasta que descubrí la cura.- Miré un punto fijo en la pared.
-¿A que te refieres?.-
-________, era la cura. Cuando te fuiste a tu segundo viaje, fue cuando la pesadilla comenzó, ella estaba en su habitación, y yo sólo quise ser gentil y cerrar su puerta, pero ........ no pude dejar de mirar y paso lo que paso.- Lloré mientras seguía mirando la pared.
Note que Gerard se veía molesto.
-Después de eso, por alguna razón la depresión y todo eso desapareció en mi, pero no pude evitar sentirme el ser mas repugnante del planeta al escuchar el llanto de ______.-
-¿Por que tuvo que ser de esa forma, por que no sólo le dijiste que te gustaba y ya?.- Mi hermano también lloraba.
-Por que era un estúpido llenó de inseguridad, me daban celos de que tu la tuvieras y ......-
-Y que!?-
-Y no pude dejar de hacerlo, tu ausencia en la casa me convertía en otra persona.-
-¿Por eso ella se ponía así cada vez que yo llegaba?.-
Asentí y le puse la mano en el hombro.
-Así fueron cuatro meses, y ya sabes lo que paso después, se escapó del infierno que le hice pasar.- Seque las lágrimas con mi camiseta. -Se que desde un principio hubiera confesado lo que sentía, pero fui un completo idiota, que les arruino la vida a los dos.- Elevé un poco mas la voz.

-Michael, ya pasó, tranquilo.- Gerard se levantó a abrazarme.
-Perdoname, se que la amabas.- Le dije estrechándolo fuerte.
-Pero no tanto como tu lo haces, eres y siempre fuiste a quien tuvo en su corazón.-
-Realmente perdonadme hermano.-
-Ya lo hice, así que limpiate esas lágrimas y ve a amar a tu familia.-

Nos soltamos y fuimos donde estaban las chicas, pero antes de llegar me detuvo.
-Hermano, todo esta perdonado y olvidado.-
-Te quiero Gerard.- Le sonreí.
-Y yo a ti Mikey.- Me revolvió el cabello.

Definitivamente es el mejor hermano del mundo, no sabría que hacer sin el,
desdé pequeños él solía ayudarme cuando tenia problemas y ahora me siento realmente tranquilo.

-¿Todo bien cariño?.- Le preguntó Lynz a Gee cuando nos vio llegar, supongo que nuestros ojos rojos nos delataron que lloramos.
-Mas que bien.- Los sonrió.

-¿Y cuando llegaron?.- Pregunto mi....mmm ¿cuñada?.
-Esta mañana.- Contestó ________.
-¿Y en donde se hospedan?.-
-En el hotel que esta cerca.-
-¿Que?, no ustedes se van a quedar aquí, es su casa, vamos atraer sus cosas ahora mismo.- Sentenció Gerard.

Ya era tarde cuando nos instalamos en la casa, los recuerdos nos llenaron la memoria y no pudimos evitar la nostalgia.
Mi hermano nos invitó la cena y luego las chicas fueron a preparar las habitaciones.

-¿Y como va todo con tu novia?.- Le pregunte a Gee limpiando la mesa.
-De maravilla, pero ahora me siento como un quedado al ver que ya tienes esposa y familia.- Se burlo de si mismo.
-No, no ____ y yo no estamos casados, solo somos padres.-
-¿Que?, ¿no tienen una relación?.-
-Si, por supuesto, pero no es un matrimonio.
-Ah, entonces supongo que siguen siendo novios.- Preguntó dejando de lado la escoba con la que barría la cocina.
-No, no somos novios, nunca hemos sido novios.- Aseguré tranquilo.
-¿!Que!?, no lo entiendo.-
-Yo tampoco entiendo pero, somos felices como un familia normal.- Sonreí.
-Hermano, ven aquí.- Caminé hasta él.
-Te diré lo que tienes que hacer.- Se aseguró que nadie mas lo escuchara.
Y me dio un consejo.
Al final del día fuimos a descansar.
Entonces me lo dijo.

Τrαgiciαη†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora