Decisiones

Capítulo l.

El libreto parecía brillar en las manos de Ben, intenté disimular mi ansiedad por tomarlo caminando hasta la cocina, pero escuchando los pasos de Benedict a mis espaldas.

– ¿Quieres un poco de té?

Ni siquiera regresé a verlo, me tomo suavemente del brazo y habló en voz baja

–Léelo, por favor

–Ben, tú sabes que no...

Me detuvo.

–Vicky, escucha, se cuál es el trato con Tom, pero este papel está hecho para ti, espera, escúchame, me ofrecieron el trabajado de dirección para esta película, es independiente, solo estarás unos cuatro meses alejada de casa. Todo el elenco ya ha sido seleccionado excepto la protagonista, porque no quiero que alguien más tome el papel.

Me mordí el labio con tanta fuerza que comenzó a arderme demasiado.

–Ben, lo siento, pero no puedo irme así como así

De nuevo silencio acompañado por el sonido de la tetera.

–Victoria, hazme un favor solamente léelo, no espera. Léelo y si no crees que vale la pena, no tengo problema. Lo entenderé, pero si lo rechazas sin siquiera haberlo leído, creo que estas cometiendo una tontería.

Estiró la mano ofreciéndome el sobre, lo mire durante unos cuantos segundos y cuando levanté la mirada, los ojos de Benedict fueron los que me convencieron de tomarlo.

–Gracias Vicky.

Le golpeé el brazo haciéndolo reír.

–No prometo nada, pareja.

Me guiñó el ojo.

Nos habíamos quedado con aquella broma aunque la habíamos hecho privada, muy privada entre nosotros.

–Debo irme.

Asentí acompañándolo hasta la puerta, le di un abrazo fuerte agradeciéndole ser al menos mi pequeña luz en el camino.

–Ah, por cierto, Anne quiere que Rose vaya a dormir con nosotros mañana.

Levanté la ceja un tanto desconcertada, ¿desde cuándo Anne dejó de ser Annie? Benedict no ocultaba el cariño que sentía por ella, sobre todo llamándola Annie todo el tiempo.

–Es una larga historia, ¿paso mañana a las 12?

– ¿Cuándo la traerás de vuelta?

–A la hora en la que tú y Tom hayan terminado.

Me sonrojé por completo, soltó una carcajada y le cerré la puerta en la cara.

– ¡Vamos Vicky! ¿Qué ha sido de tu buen humor?

Me serví una copa de vino y me la tome de un solo trago, sentí el sabor bajar por mi garganta y una leve sensación de mareo me llegó a la cabeza. Tom y Rose seguían dormidos y la cena ya estaba lista, mire de reojo el libreto en la mesa de la cocina.

Me acerqué a él, acaricie un poco la portada antes de leer el título. "Pasión".

¡Wo! El título sonaba bastante intenso, abrí el libreto pero antes de leer la primera palabra la pequeña figura de Rose tallándose los ojos me dio un buen susto.

– ¿Mamá?

Cerré el libreto con fuerza y lo escondí dentro de la alacena y corrí a abrazarla.

– ¿Qué pasa cariño?

– ¿Hoy tendré que darme un baño?

Ahogué una carcajada debido a su rostro serio.