Decisiones

Capítulo 14.

Abrí los ojos lentamente, los párpados me pesaban, sentí unos brazos alrededor de mi cuerpo y mire hacia arriba, encontrándome con el rostro dormido de Tom, se le veía tan tranquilo, mientras yo lo abrazaba de la cintura el me abrazaba del pecho. 

Mi estómago sintió la necesidad de pedir comida, y me moví un poco intentando no despertarlo, me enredé una sabana en el cuerpo, a pesar de todo aún me avergonzaba que me viese desnuda, pero en cuanto me levanté de la cama sentí como tiraban de la sábana. 

-Tom

Dije mientras el volvía a abrazarme y acurrucarse a mi lado. 

-Sólo unos minutos más. 

Beso mi hombro desnudo, me reí un poco. 

-Tenemos que recuperar energía, necesitamos desayunar algo. 

-¿Qué te parece si desayuno tu boca? 

Me sonrojé y escondí mi rostro debajo de la sábana. 

-Suena tentador, pero me temo que mi estómago pide más que besos. 

Siguió besando mi hombro hasta llegar a mi cuello. 

-Puedo darte más que besos. 

Dijo en mi oído

-No lo dudo

Me di la vuelta y le di un beso rápido, me levanté de nuevo y esta vez me jaló de la mano de nuevo hacia la cama. 

-Espera, yo prepararé el desayuno, ya probe tu té...

Abrí la boca fingiendo estar ofendida, me quitó la sábana e intente cubrirme, pero se puso rápidamente encima de mi. 

-Eres hermosa, me encantaría verte así toda la mañana. 

Me besó con lentitud, sentí su lengua acariciar la mía y mi hambre ya no era de comida, lo tome del cabello acercándolo más a mi boca, acaricié su espalda desnuda y sus hombros, sintiendo su fuerza, me tomo de la cintura para acomodarme mejor, acaricio mis glúteos desnudos, y yo levanté mi pelvis intentando que chocara con su miembro ya excitado, sentía como me sonrojaba al sentirlo de aquella manera, pero en ese momento no me importaba. Su boca sabía deliciosa... de pronto se separo de mi.

-Ven, vamos a desayunar. 

Me sonrió de lado, y sentí que mis piernas se derretían ante aquella sonrisa, se puso sus pantalones de chandal y me dio la playera que el tenía puesta la noche anterior, me ayudó a ponermela y me dio otro beso rápido. 

-Esa playera nunca se había visto mejor. 

-Oh, anoche se veía bastante bien. 

Se rio un poco y me tomo de la mano. 

-¿Te parece si después del desayuno tomamos una ducha? 

Asentí, sentía las mejillas un tanto infladas de la vergüenza, jamás hubiese imaginado que aquél hombre que tenía enfrente, me estaría preparando el desayuno y proponiendome que tomaramos una ducha juntos. 

Desayunamos en silencio, no era necesario hablar, nos sentíamos bien, de vez en cuando nos mirábamos con sonrisas en el rostro y en la mirada, se sentía bien estar con una persona y saber que lo que sentías era correspondido. 

No tardamos mucho en el desayuno, así como me puso la playera me la quito con rápidez, se quito los pantalones y abrió la ducha, el agua salió fría y los dos soltamos un grito, y sin darnos cuenta nos abrazamos, la ducha no era muy grande. 

-Supongo que un poco de agua fría me serviría ahora. 

Me reí.

-Date la vuelta, voy a lavarte.