Decisiones

Capitulo 7

Me desperté completamente descansada, había dormido como no lo había hecho en mucho tiempo. Recordé que vería a Tom y sentí distintas mariposas en el estómago, me sentí culpable de inmediato, revisé mi celular esperando tener una llamada de Michael o algo, pero en su lugar habían 6 llamadas perdidas de Anne y tres de Tom ¡Jesus! Me apresuré a llamarlo. 

-Hola, lamento no haber podido contestar ¿qué pasa?

-Oh vaya, por un momento pensé que me estabas evitando. 

-No, no, es que estaba dormida. 

-¿Dormida? 

Entrecerré un poco los ojos 

-Si... ¿por...? 

-Victoria son las tres de la tarde, llevo media hora frente a tu puerta. 

-¿QUÉ?

Grité y mire le reloj de pared ¡tres treinta! 

-Lo siento mucho, me dormí hasta muy tarde, ya voy a abrirte

Salté de la cama y me amarré el cabello, corrí hasta la puerta y la abrí. Se veía guapo, con su pantalón de mezclilla y una camisa a cuadros. 

-Linda pijama, 

Lo mire confundida y el señalo mi pijama de dinosaurios 

-¡Oh diablos! por favor pasa

Se inclino un poco para darme un beso en la mejilla, y sentí mi rostro sonrojarse de inmediato. 

-Puedo notar que dormiste bien. 

-Sí... ¿te puedes quedar aquí unos minutos? Voy a tomar una ducha, no puedes verme de esta manera. 

Sonrio levemente, y sentí que mi corazón se saldría de mi pecho. 

-Yo pienso que te ves hermosa sin importar nada Victoria. 

-Gracias

Dije levemente, aunque con la garganta seca. 

Dejé que el agua me mojará la espalda, intentando olvidarme de cualquier confusión en mi mente o en mi corazón (por muy cursi que se escuche). No podía entender por qué cuando estaba con Tom, todas las cosas sexys se me olvidaban por completo, y me volvía en la misma Victoria, torpe, tímida y fácil de sonrojar Victoria. 

-¡Victoria!

Escuché un grito. 

-¡VICTORIA! 

Parecía ser el grito de una mujer, salí corriendo de la bañera y me enredé una toalla en el cuerpo. 

-¿Qué esta pasando?

Grité, el cabello me escurría y tenía el cuerpo completamente mojado. Jennifer estaba saltando y abrazaba a Tom. 

-¿Qué no has visto? 

-¿Qué?

Sacó una revista de su maleta y ahí estaba... mi GQ.