Decisiones

Capitulo 21.

Me observe en el espejo, usaba la lenceria negra favorita de Michael, era bastante corta y no dejaba mucho a la imaginación, usaba también unos tacones negros que sabía lo volvían loco, me observé de nuevo en el espejo, mordí mi labio al imaginar su reacción, escuche la puerta principal abrirse y me apresure a recibirlo. Recargue mi cuerpo sobre el marco, esperando a que se diera la vuelta y me viese, se quito los zapatos y levanto la vista, una sonrisa apareció en su rostro, se acercó hasta mi a paso lento, sus ojos brillaban con excitación, con su dedo pulgar acarició mi labio inferior, bajando hasta mi cuello, deteniendose en mi clavícula. 

-Esto si es un recibimiento. 

Susurro. Mordí mi labio, tome su dedo, mordiendo la punta de este y chupandolo suavemente, escuchandolo gemir, lo tomé del cuello de la camisa y lo lleve hasta la habitación, lo senté sobre la cama, me acerqué hasta mi iPod y encendí la música "Satan's Seventh Bride" comenzó a sonar, me acerqué a el lo más seductora que podía, me senté encima de sus piernas, le quite la playera con lentitud sintiendo la cálidez de su piel, mordiendo el lóbulo de su oreja comencé a moverme en círculos sobre sus piernas, sintiendo su excitación crecer más rápido, mis labios buscaron los suyos, y mi lengua busco jugar con la suya, sentí sus manos desabrochar el sostén y acariciarme con lentitud, eche la cabeza hacia atrás mientras su boca besaba en medio de mis pechos, hasta morder con suavidad uno, grité al sentir sus dientes jalando. 

-Victoria ¡te deso tanto! 

Gruño sin dejar de morder. 

-Tomame. 

Gemí, se puso de pie rápidamente, me acosto con brusquedad sobre la cama, y me arrancó las bragas de un solo movimiento. Comenzó a besar los dedos de mis pies, subiendo hasta mis muslos, acaricie su cabello mientras sentía su aliento sobre mis piernas. 

-¡Michael! 

Gemí...

Abrí los ojos con brusquedad ¿QUÉ DIABLOS ACABABA DE SOÑAR? Miré a mi alrededor esperando que en realidad todo aquello hubiese sido un sueño, mire a un lado y la cama estaba vacía, recordé entonces que estaba en un hotel en España, y que según mi reloj tenía entrevistas dentro de cuatro horas. Estaba sudando demasiado, necesitaba una ducha fría. 

Sentí el agua fría recorrerme la espalda, pero ni siquiera eso podía borrar de mi mente la sensación de su boca contra mis pechos, sacudí la cabeza con fuerza, y tallé mi cuerpo con brusquedad, no podía ser posible que hubiese podido soñar algo así, en realidad nunca hubiese tenido el valor de poder hacer algo así, menos frente a Michael. Suspiré con fuerza, mientras esperaba al equipo de maquillistas y a Anne.

-Vicky querida ¿estas bien? 

Anne me distrajo de mis pensamientos, asentí un tanto confundida. 

-Sí, ¿por qué lo dices? 

-Estas completamente sonrojada y no pareces respirar bien, necesitas relajarte, ya lo hiciste bien en Brasil, verás que aquí te irá bien también. 

Sonreí, ojalá y fuese ese el motivo por el que estaba así, sentía como si le hubiese sido infiel a Tom ¡TOM! No, ¿por qué no había podido soñar con él? Y como si lo hubiese invocado mi celular comenzó a sonar de pronto. 

-Hola cariño ¿Qué tal va todo? 

Pregunto con su voz entusiasta de siempre, por un momento me hizo olvidar aquél sueño y pensar solo en su sonrisa.

-Estoy a punto de entrar a varias entrevistas ¿qué tal tú? 

-Pensando en ti, en que te amo, en que quiero verte lo más pronto posible y en que te extraño. 

Me sonrojé y sonreí como una tonta. 

-Te extraño también, solo una semana más cariño. 

Escuché su risa. 

-Una semana... para ponernos al día. 

-Oh cariño, haremos más que ponernos al día. 

El rostro de Michael apareció en mi mente, escuche a Tom decir algo. 

-¿Victoria? 

-Lo siento, tengo que irme. 

Balbuceé y colgué rápidamente. Decidí que lo mejor sería concentrarme en las entrevistas. 

Pasaron al menos cinco horas escuchando las mismas preguntas, tomandome fotografías y háciendo algunos juegos con los reporteros que algunas veces me parecían ridículos. Me dejaron descansar entonces. Estaba decidida a llamar de nuevo a Tom pero mi celular comenzó a sonar de nuevo, era Jennifer. 

-Jenn ¿qué pasa? 

-¡Victoria necesito de tu ayuda urgente! 

-¿Qué, esta todo bien? 

-Sí, bueno, necesito aprender a bailar. 

-¿Qué?

-¿Cuándo vuelves a N.Y? 

-No lo sé. 

-Vamos Vicky. 

-¿Para qué necesitas aprender a bailar? 

-Para patear el traser de Bradley Cooper. 

Me reí. 

-Esta bien, supongo que regreso en una semana. 

-Bien. 

-Umm ¿Jenn? 

-¿Qué pasa? 

Preguntó preocupada, y le conté todo lo que había soñado. 

-Oh Dios mío ¡Tu primer sueño sucio! 

-Dime que no estas acompañada...

-Lo estoy, de hecho, pero no importa, ¿Sabes que pienso? 

-¿Qué? 

-Pienso que aún lo deseas, pero supongo que es normal, no negaremos que es bastante sexy, y ya que tu pudiste tener una probada de lo que el puede ofrecer, supongo que aquél deseo sigue ahí, pero tranquila, te aseguro que es solo atracción sexual, nada fuera de lugar Vicky. Por cierto, el ha terminado con su novia. 

¿HA TERMINADO? Mi interior gritó con un entusiasmo que mi humanidad rechazó al instante. 

-Sí... ¿por qué me lo dices? 

-Bueno imaginé que querrías saberlo. 

-Pero tu eras siempre la que...

-Lo sé Vicky, pero el dijo que te amaba, no pensé que sintiera algo así por ti, no sé, tal vez deberías verlo. 

Mordí mi labio, y cerré los ojos sintiendo sus manos sobre mi cintura...

 -¡Victoria, se termino el descanso! 

Gritó Anne, háciendome reaccionar por suerte. 

-Jenn, me tengo que ir, y solo para aclarar, no quiero verlo más que como a un amigo, yo tengo a Tom y lo quiero, no quiero confundirme más de lo que ya estoy, así que no volvamos a hablar de su vida amorosa por favor. 

-Esta bien ¡Mucha suerte cariño! 

Colgué el télefono y me apresure a mis entrevistas.