Capítulo 12

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El brazo de Tom rodeaba mi hombro y con su otro brazo rodeaba el hombro de Benedict. Benedict no dejaba de verme con una sonrisa divertida en el rostro, como si el conociera un secreto que yo desconocía.

Finalmente llegamos hasta su departamento, el abrió la puerta y volvió a mirarme y después a Tom. Abrió la puerta y juntos acomodamos a Tom en el hermoso sofá de color blanco que decoraba su sala.

-Iré por el hielo.

Dijo Bendecit, mirándonos de nuevo uno a uno hasta que se desapareció en la cocina. Me quedé a solas con Tom

-¿Éstas bien?

-Si, sólo tengo un chichón, seguro que con el hielo mañana estará bien.

Asentí levemente, me sentía culpable por haberlo distraído.

-Si te sientes mareado o te duele mucho la cabeza, dímelo para llevarte al hospital... sin objeción

Me sonrió y yo le sonreí a él, ¿necesitaba acariciar su cabello? Tal vez besarlo si no era mucho pedir, se relamio los labios como si estuviese pensando lo mismo que yo.

-Aquí tengo el hielo.

Dijo Benedict entrando en la habitación, le arrojó el paquete de hielo al pecho, Tom saltó un poco al sentir el contacto frío, Benedict lo ignoro y se acercó hasta mi, tomo mi mano y la besó.

- Victoria, los pensamientos que tenía de ti han sido nada en comparación de como luces en persona.

Me sonrojé rápidamente

-Gracias.

Mire a Tom, tenía el hielo en la cabeza y nos miraba un tanto irritado.

-¿Estás bien?

Le pregunté y el simplemente asintió, frunci un poco el ceño.

-Tranquila Victoria, parece que Thomas esta celoso.

Tom rio un poco, aunque aquella risa me recordaba un poco más a la risa de Loki que su propia risa.

- Y Ben sólo está diciendo tonterías... ouch

Me acerqué hasta él y le quite el paquete de hielo de las manos.

-Ya lo hago yo.

Dije con una sonrisa, tome el paquete y lo puse con cuidado sobre el moretón de su frente.

- Ah decir verdad, yo también me pondría celoso si tuviera a una chica como tu Victoria.

Sentí el cuerpo de Tom tensarse.

- ¿Ustedes dos son algo? ¿pareja o algo parecido?

Me sonroje y Tom pudo notar mi nerviosismo, acaricio levemente mi mano.

-Ya tenemos que irnos, gracias Ben.

-Espera Tom, no quería que se incomodaran, solo quería invitar a Victoria a cenar.

- No puedes

Se apresuró a decir Tom, yo solo los miraba como un niño pequeño observa la pelea de dos adultos.

- Bien, sólo estaba comprobando.

Se acercó hasta mi y me besó en la mejilla, se acercó hasta mi oído y me hablo en voz muy muy baja.

-Tranquila Victoria, a veces los hombres necesitan algo de celos para reaccionar.

Lo miré un tanto sorprendida ¿Había hecho todo aquello para hacer reaccionar a Tom? pero ¿reaccionar a qué?

Me guiño un ojo y Tom me tomo de la mano, y me llevo todo el camin o hasta casa sin soltarme, caminaba demasiado rápido por lo que yo lo seguía trotando.

- Tom... espera, yo no puedo caminar tan...

Antes de terminar de hablar termine rodillas al suelo y con una sangrando.

- Mierda, Victoria, lo siento, no me había dado cuenta de... ¿ Qué es tan gracioso?

Pregunto en cuanto se dio cuenta de que me estaba riendo.

- ¿Acabo de escuchar una mala palabra salir de esa boca señor Hiddleston?

-Ja ja muy graciosa ¿Te puedes apoyar?

Asentí y en cuanto me levanté sentía lava recorriendo mi rodilla

-Espera, espera, esto arde.

- Ven, ya casi llegamos.

Rodeó mi cintura con su brazo sentí cosquillas en las mejillas, nos miramos a los ojos durante unos segundos y desviamos la mirada rápidamente.

Llegamos a casa y me sentó en el sofá

-Iré por el agua oxigenada, espera aquí.

Asentí.

Observe la pequeña sala, era bastante acogedora, había cuadros en todas partes y unas cuantas repisas enormes llenas de libros, en la mesa de té habían varias fotos de el con sus amigos y con su familia.

-Ya está, levanta la pierna.

Se sentó frente a mi, en la pequeña mesa y tomo mi pierna, sentí calor en el lugar en donde sus manos habían tocado. Comenzó a limpiarme la herida, se le veía tan concentrado que me perdí en su rostro, de pronto su mano comenzó a acariciar mi pierna, de arriba hacia abajo, haciéndome sentir una vibración entre las piernas, su rostro comenzó a acercarse al mío, mi pierna ya estaba completamente sobre su hombro, sabía como aprovecharse de mi flexibilidad y aquello me encantaba, podía sentir su respiración sobre mi rostro y recordé su carrera, mi carrera el por qué esto no estaba bien, me separé rápidamente

-Será mejor que desempaque.

Dije con la voz entrecortada, me miró con frustración en el rostro y simplemente asintió.

-Te veo en la comida entonces.

Cerré la puerta de mi habitación y pude escuchar como cerraba el la suya de un portazo.

Cuando termine de desempacar ya se había hecho bastante tarde, y a pesar del desastrozo día aún no tenía sueño, no sabía si atribuirlo al jet lag o a la batalla campal que se libraba en mi cabeza.

Sali de puntitas hacia la cocina, imaginando que Tom ya estaría dormido, pero para mi sorpresa ahí estaba sentado en el sofá con una copa de vino.

- ¿No puedes dormir?

Me pregunto. Negué con la cabeza

-¿Qué tal el chichón?

-Ya ha desaparecido ¿Qué tal el raspón?

Me senté a su lado y recargue mi cabeza sobre su hombro

-Bueno ya no sangra, eso debe ser un progreso.

Se rio suavemente y sentí mí corazón latir con rapidez, sentí su brazo pasar por mis hombros, no se escuchaba nada más que el sonido del fuego en la chimenea

-¿Victoria?

-Mhmm

-Yo... no... ¿yo no te gusto?

Cerré los ojos con fuerza y mordí mi labio para no llorar.

- Tom, yo no puedo estar contigo...

-Pero ¿Por qué?

Noté la desesperación en su voz y las lágrimas comenzaron a caer

-Porque yo soy nadie Tom, yo soy nada.

Tomó mi barbilla y mis ojos se ebfrentaron a los de él.

-Tu no eres nada...

Limpió una de las lágrimas, acercó su rostro al mío, sentí sus labios cálidos y suaves contra los míos, sentí su aliento en mi boca, sabía perfecto, su mano bajo hasta mi cintura, atrayendo mi cuerpo hacia el, se separó un poco

-Tu eres Victoria... Mi Victoria.

Murmuró contra mi labios.

Nos pusimos de pie y caminamos con los dedos entrelazados hasta su habitación...

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