Capítulo 30.

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Terminaba de decorar el departamento de Ben. Anne me había dado la semana entera y Benedict había insistido que pasara Navidad con él y su familia después de saber que no iría a casa para estar con mi familia y que probablemente me quedaría en un hotel viendo "Home Alone" y molestando al servicio a la habitación toda la noche. 

Le había ayudado a hacer las compras, había intentado ayudarlo a hacer la cena, pero después de que el agua que había puesto a hervir se había consumido, Benedict me engargó la gran tarea de decorar el departamento y repartir las bebidas. 

Le había preguntado si había invitado a Michael o a Tom, y él me había dicho que no creía que asistieran a la fiesta. Estaba un poco nerviosa pero lo disimule un poco. El timbre sonó y me apresuré a abrir, eran varios amigos de Benedict, me saludaron, pasaron y Ben salio a saludarlos, acomodé los abrigos de los invitados, fui por las bebidas a la cocina y me sentí extraña. 

-¿Qué? 

Preguntó Ben, mientras se enrollaba las mangas de la camisa para seguir cocinando. 

-No lo sé, a veces siento que tu has sido más mi pareja que... cualquier otro. 

-¿Pareja? ¿Acaso somos policías? 

-¡Callate! Me refiero al hecho de cocinar juntos, bueno intentarlo, hacer una fiesta, saludar a tus amigos. 

-No, no somos para nada una pareja.

Lo mire con una sonrisa, tome las bebidas y las acomode en la bandeja, dejó de cocinar y se acercó, tomo un vaso, le dio un sorbo y me tomo de la cintura. 

-Si estuvieramos juntos, ya te habría besado y visto desnuda al menos una vez. 

Le di un codazo en el estómago, háciendolo reír.

-Sabía que solo me buscabas por mi cuerpo, Cumberbatch.  

Me miro con una sonrisa y me beso en la mejilla. 

-¡Ve a atender a nuestros invitados, mujer! 

Salí de la cocina y volví a atender a todos, tocaron la puerta de nuevo y era Martin con su esposa, Amanda.

-¡Vicky! ¡Hola! Martin ¿Ya viste? Tiene puesto el suéter que le regalamos. 

Asentí y abracé a Amanda. Hacía un frío del demonio, claro que me rehusaba a usar algo que no fuese un suéter, además me lo había regalado Martin Freeman, era rara la vez que no lo traía puesto, ¡Martin Freeman me lo había regalado! 

-Sí, me alegro que te haya gustado. 

Tocaron de nuevo en la puerta, Keira y su esposo me saludaron. 

La casa no tardó en llenarse de personas riendo y hablando, una leve música sonaba en el fondo, y yo yampoco tarde mucho en entrar en ambiente. 

Reí, bebí el famoso ponche alterado de Martin, bailé, Benedict me presento varios "prospectos", escuche a Benedict recitar versos -mejor dicho balbucear, porque estaba un poco ebrio-, abrí la puerta, recibí más invitados, negué que salía con Benedict, agradecí que dijeran que haríamos linda pareja, la mayoría de los que lo decían estaban pasados de copas. 

-Ben, voy al supermercado, no tardo. 

-¿Tú sola? Espera, voy por mi abrigo. 

-Esta bien, llevó el auto, ahora vengo. 

Me puse los guantes, el abrigo y el gorro que me había regalado Ben en Navidad. Subí al auto y conduje hasta el pequeño supermercado. Estaba a punto de cerrar pero por suerte me dejaron entrar rápidamente. 

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