El Asesino | ItaDei [Editando]

❀ 01 - Detective ❀

Deidara

Tomé un sorbo de café y como cada día después del suceso, me pareció más amargo que el anterior. Era extraño como todo me parecía grisáceo, desde el sol brillando con fuerza fuera de mi ventana, hasta el sabor de mis dulces favoritos, los que aparté porque no tenía ganas de comer nada, no si él ya no estaba conmigo para compartir mis desayunos.

Apenas había pasado una semana del asesinato y ya no sabía cómo seguir adelante. Sin Sasori mi vida no tenía ningún sentido y necesitaba desesperadamente encontrarle alguno para no volverme loco.

Desvié la mirada hacia la puerta, cruzándome de brazos e imaginando, como cada mañana, que lo vería entrar por ahí como tantas veces lo hizo. Recuerdo la silueta de sus cabellos bermejos asomar por detrás de la puerta, con una sonrisa ladina adornándole los labios y alguno que otro dulce en las manos. Me saludaba con un beso y se sentaba frente a mí para desayunar juntos.

Lo que ahora no quería hacer porque ya no lo tenía al lado, no desde que un desgraciado decidió arrancarlo de mi vida.

El sonido de mi teléfono me sacó de esos recuerdos oscuros, de la imagen de mi novio muerto en el tapete de mi apartamento y de todo lo que se había ido con él. Leí el nombre de mi mejor amigo en la pantalla y contesté.

—Buenos días, Dei —me saludó contento y yo me forcé a responder de una manera medianamente amistosa.

—Buenos días, Hidan.

—¿Qué tal tu mañana? —preguntó alegremente y yo puse los ojos en blanco, ¿en serio este imbécil tenía la audacia de preguntarme cómo estaba si mi novio había muerto hace una semana exacta?

—¿Tú que crees? —musité de mala gana y escuché su risa.

—Hey, lo siento, solo quiero intentar animarte un poco —me comentó y yo solté un suspiro. Sabía que esa era su intención, pero me costaba estar contento y me parecía bastante lógico de mi parte con todo lo que había pasado.

—Y te lo agradezco, Hidan —le dije y él hizo un ruidito de asentimiento—, pero...

—Bien, no te llamaba por eso —me interrumpió.

—Dime.

—Estuve pensando en lo que me comentaste el otro día —empezó—. Eso de que la policía está demorando con las diligencias y que te gustaría poder apurar las investigaciones.

—¿Y?

—Pues, mientras desayunaba estuve leyendo el periódico y me encontré con el aviso de un detective. Se me ocurrió que su ayuda podría acelerar el proceso, ¿no crees?

Lo pensé rápidamente.

Sí, un detective trabajaría más rápido, se dedicaría completamente a este caso y a nada más. Revisaría las pruebas con mucha más detención y si todo iba bien, pronto estaríamos frente a frente con el asesino para que le cayeran encima todas las causas posibles.