Kakuzu
—¿En serio tengo que hacer esto? —Una mirada hastiada es lo que recibió ante su pregunta, me devolvió un gesto de disgusto y siguió con lo suyo, buscando información hasta en los registros privados de la policía para que yo pudiera llevar a cabo mis planes turbulentos de la mejor forma posible.
—¿Qué has encontrado? —pregunté sentándome a su lado y echándole un vistazo a la pantalla del ordenador. Tenía mil ventanas abiertas y varios documentos en los que iba recopilando los datos que le pedí.
—Pues... lo último lo encontré en los registros de la policía. Estuvo dos semanas de baja y, aunque no dice la razón, asumo que tiene que ver con esto de aquí —apuntó un sector de la pantalla y yo me acerqué un poco más para leer lo que me indicaba—. La fecha de muerte de su madre coincide con su tiempo de licencia.
—Entonces está de luto —comenté y el pelinaranjo asintió —. ¿Qué otra cosa tienes?
Sí, estaba investigando al detective. Estaba haciendo lo mismo que él hizo tantas veces con Hidan, conmigo y quién sabe cuántos más. Mandé a Edward a husmear en su vida privada, quería secretos, tragedias y debilidades, una forma de doblegarlo para tenerlo en la palma de mi mano. Quería controlarlo completamente.
—Esto —hizo clic y una noticia bastante antigua apareció en el buscador—. Hace casi diez años, su hermano menor fue asesinado por una bala loca en plena calle, era solo un niño y murió instantáneamente. Además, el diario menciona que todo fue presenciado por Itachi, quien en ese entonces tenía apenas dieciséis.
—¿Y? —puso los ojos en blanco, como si le molestara mi exceso de atención hacia las desgracias ajenas.
Otro clic, otra noticia apareció.
—Dos semanas después del asesinato, Itachi desapareció del pueblo, nadie supo nada de él hasta varios meses después cuando su mejor amigo lo encontró, también aparece aquí —me contó señalando otra noticia.
—¿Es idea mía o ese diario le averigua la vida a medio mundo? —me reí y Edward se encogió de hombros.
—Es un pueblo pequeño —contestó simplemente y yo asentí.
—¿Algo más?
—Dos ingresos a urgencias desde que llegó a esta ciudad, la primera por una herida de bala y la última por un colapso pulmonar —Me hizo gracia que ambas fueran por mi culpa—. Eso es todo lo que encontré.
—Eres excelente para investigar —musité con una mueca burlona—. ¿No te gustaría ser policía?
—Prefiero que no —me tentó con una sonrisita—. Después de todo, soy mejor criminal que tú, y me necesitas.
—Tienes razón —coincidí. Me apoyé en el respaldo de la silla, mirando la pantalla y luego de un instante, continué—. ¿Qué secuelas psicológicas puede dejarte todo esto?
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El Asesino | ItaDei [Editando]
Hayran KurguUna noche cualquiera, Deidara encuentra el cadáver de su novio en el tapete del recibidor de su apartamento. Durante su vida se ha envuelto con toda clase de personas y sabe que debe vengarse, que lo que le han hecho no puede quedar así. Con ayuda d...