❀ 33 - Gusano ❀

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Deidara

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Deidara

Lo abracé y tan solo cerré los ojos. Me dediqué a disfrutarlo, a sentir como sus dedos se aferraban a mi camiseta y como sus brazos me envolvían con fuerza, tratando de tenerme lo más cerca que podía. Imaginé que quería fundirme con él y yo no opuse resistencia, tan solo me dejé querer, acercándome un poquito más, queriéndolo un poquito más.

Lo extrañé tanto que por un momento olvidé por qué estábamos aquí.

Pronto lo recordé.

Lo recordé cuando la sensación de que ya había vivido algo parecido me golpeó con crudeza.

Otra vez Itachi se veía afectado por culpa de mis malas decisiones y de la gente con la que me vi envuelto años atrás. Otra vez mi pasado lo afectaba a él dejándome a mí como un mero espectador. Otra vez Itachi sufría y yo lo observaba.

Primero fue un balazo y ahora parecía que le hubieran arrancado la cordura de cuajo, como si le hubieran quebrado la mente.

Lo abracé más fuerte, pero ya no disfrutaba esto. Ahora la culpabilidad empezaba a comerme por dentro. Verlo así, acurrucado en mí y totalmente trastocado por culpa de mis decisiones, me hacía odiarme. Me daba rabia ser yo quién lo puso en esta situación, en una donde no tuvo otra opción más que acabar con la vida de dos personas.

Y, aunque eran delincuentes y no lamentaba su muerte, sabía lo mucho que le pesaría. Sabía cuánto se culparía y cuánto se odiaría.

Sacudí la cabeza y observé a Kisame hablando con los policías que se dedicaban a observar la escena, buscando cualquier cosa que estuviera desperdigada por el suelo mientras esperaban la camioneta del Servicio Médico Legal que se llevaría los cadáveres. Eso me hizo pensar en que, probablemente, a Itachi le tocaría ir a declarar al Juzgado. Eso me puso nervioso, no quería que volviera a recordar esto, mucho menos frente a un grupo de personas que no dejaría de observarlo y analizarlo.

No me di cuenta en qué momento Kisame regresó a nuestro lado. Se arrodilló junto al azabache y apoyó una mano en su hombro para hacerse notar. Itachi se sobresaltó enseguida, levantando la cabeza y mirándolo con ojos grandes. Ojos asustados.

—Ita —lo llamó con voz suave y el nombrado solo se estremeció—. ¿Estás un poco más tranquilo?

Él asintió con la cabeza, separándose de mi abrazo para intentar que su afirmación se viera un poco más convincente. Sin embargo, era demasiado obvio que seguía alterado, sus manos no dejaban de temblar por más que intentara controlarse.

—¿Qué ocurre? —le preguntó y Kisame me miró a mí antes de hablar.

—El oficial ya me tomó la declaración —empezó y el azabache asintió otra vez—, pero hay tres muertos y necesitan la mayor cantidad de detalles para esclarecer todo lo que pasó.

—¿Tengo que declarar?

—Sí... —confirmó—, pero logré acomodar todo para que no sea hoy.

—¿Nos podemos ir? —interrumpí yo al ver que Itachi otra vez parecía incapaz de controlarse. Cada vez temblaba un poco más.

El Asesino | ItaDei [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora