Capítulo 6: Madrugada

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Maldije en mi interior innumerables veces antes de contestar el teléfono, parecía que Lucas se encontraba escondido en alguna parte esperando el mejor momento para interrumpir.

Ethan me miró y pude ver claramente su frustración, me sentía de la misma manera así que lo comprendía totalmente.

Aun así contesté el teléfono.

― ¿Qué quieres Lucas? ―pregunté tratando de que mi voz sonara normal.

Sentí a mi amigo respirar pesadamente y supuse que estaría bebido.

― ¿Dónde estás Isidora? ―preguntó.

Rodeé los ojos.

―Ya te dije que llegaría tarde a casa― respondí.

No entendía por qué tenía que darle explicaciones cuando él nunca me las daba a mí. Además solo éramos amigos, él se había encargado de dejármelo muy claro.

―Estoy afuera de tu casa― comentó.

Solté un bufido que hizo a Ethan sonreír al lado mío.

―Lucas, mañana conversamos, vete a casa ya es tarde― pedí.

No esperé a que contestara, simplemente corté la llamada.

Cuando volteé a ver a Ethan él me miraba con una ceja levantada. Sonreí al verlo.

―Era Lucas― obvió.

Asentí dándole la razón.

―Se cree mi padre― dije entre risas.

Nos quedamos mirando sin hablar nada más. Sabía que tenía que decir algo al respecto de lo que estaba sucediendo entre nosotros, pero no quería romper el momento, me sentía demasiado a gusto.

―Aún no me cabe en la cabeza cómo ese estúpido amigo tuyo pudo haberte rechazado― habló de pronto Ethan dejándome totalmente sonrojada.

Agaché mi rostro.

―Eso ya pasó― dije.

―Pero es que no lo entiendo― dijo con voz incrédula ― ¿Cómo pudo rechazarte a ti?

―Lucas siempre me ha visto cómo una amiga― expliqué.

Y era cierto, y hasta un par de semanas atrás sufría con ese pensamiento.

―Tengo que agradecerle por haberte rechazado― dijo con voz provocativa― De otra manera, jamás te hubiera conocido.

Lo miré sorprendida, avergonzada, con el corazón latiendo a mil por hora y completamente enamorada.

Me acerqué a él y lo besé. Era la primera vez que yo tomaba la iniciativa y se sintió divino.

Escuché una carcajada de Ethan y lo miré enarcando una ceja.

―Me encanta cómo eres― dijo.

Le iba a decir sobre lo que sentía, juro que le iba a decir. Pero justo en ese momento mi teléfono volvió a sonar.

Chasqueé la lengua ahora si enfadada, pero cuando vi la pantalla me di cuenta que quien llamaba esta vez era mi madre.

Extrañada contesté el teléfono.

―Hola mamá― dije.

―Hola hija ¿Dónde estás? ―preguntó.

―En casa de Ethan viendo películas― respondí.

El mejor de mis rechazos (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora