Capítulo 9: Apuestas

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Cuando me ponía a pensar que ya había pasado más un mes desde que comencé a salir con Ethan no me lo creía. Si hasta parecía que había sido ayer que me pidió que habláramos en la parte de atrás de la cafetería.

Las cosas habían ido bien. Lucas había medio aceptado mi relación, pero siempre poniendo malas caras cuando Ethan estaba presente. Mi amigo seguía con su novia y por suerte no habían tenido más rupturas.

De Marcus y Rachell no había novedades todavía, pasaban mucho tiempo juntos y era cosa de tiempo que comenzaran a salir. Habíamos hecho una apuesta con Ethan; yo aposté que si comenzaban a salir en menos de un mes Ethan tendría que acompañarme a ver una película romántica al cine, pero si comenzaban a salir después de un mes yo tendría que acompañarlo a ver una película de terror.

Lamentablemente eso me tenía totalmente asustada porque como ya lo suponen había pasado más de un mes y eso significaba que tendría que volver a entrar a una jodida sala de cine a ver una jodida película de terror.

―Parece que gané la apuesta― canturreó Ethan cuando nos encontramos en el almuerzo.

Iba junto con Marcus quien me miró confundido.

― ¿Qué apuesta? ―preguntó.

Lo miré fulminándolo con la mirada, después de todo él tenía la culpa de que yo hubiera perdido.

―Una apuesta estúpida que hice con un estúpido y que perdí― aclaré malhumorada.

Ethan se carcajeó cuando me vio molesta y se acercó para robarme un beso. Fue tan rápido que no alcancé a voltearme y eso aumentó mi malhumor.

―Eres una mal perdedora― dijo mientras se encogía de hombros.

Le levanté el dedo del medio y él solo rió fuertemente llamando la atención de varios estudiantes que se encontraban ya instalados y comiendo.

―Yo no lo conozco― balbuceé mientras me acercaba a Marcus y lo instaba a caminar para dejar a mi novio atrás.

―Oye ridícula, no me dejes solo― pidió Ethan.

Le di una mirada fastidiada.

―Aquí el ridículo eres tú― contraataqué.

―Pero el ridículo ganó la apuesta― terminó diciendo.

Y otra vez me refregaba en la cara su maldita victoria.

Compré un sándwich con queso y un té helado y me senté en la misma mesa de siempre.

Rachell se encontraba ya con su botella de néctar y un pedazo de tarta.

―Hola Izzie― me saludó con una sonrisa.

Lamentablemente no pude devolvérsela.

―Hola― dije ―Por tu culpa he perdido una apuesta.

Rachell me miró confundida.

― ¿Qué apuesta?― preguntó.

―Luego te cuento― respondí porque justo en ese momento Marcus llegó a la mesa y se sentó al lado de mi amiga.

Los observé enternecida porque de verdad que hacían una pareja hermosa.

Rachell estaba sonrojada y Marcus se ajustaba sus lentes.

Comenzaron a conversar entre ellos y yo me quedé embobada observándolos.

―Cierra la boca, te van a entrar moscas, además pareces retrasada mental― me dijo una voz a mis espaldas.

El mejor de mis rechazos (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora