Capítulo 9: Problemas Familiares

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Ethan me miró confundido, tratando de entender qué sucedía.

―Ray― volví a repetir todavía sin creer que él estuviera frente a mí después de casi un año.

―Esa no es manera de llamar a tu padre― dijo aquel al que solía llamar papá.

Quise cerrarle la puerta en la cara, pero él me lo impidió y se apresuró a entrar. Mi madre apareció en la entrada y nos miró con perplejidad.

―Ray ¿Qué estás haciendo aquí?

Me miró nerviosamente a mí y luego a Ethan. Mi padre siguió la mirada de mamá. Detalló la cercanía de Ethan conmigo y cómo una de sus manos descansaba en mi cintura. Luego me miró a mí seriamente para pasar a Ethan y dedicarle su gesto más furioso.

― ¿Y tú quién eres? ―preguntó con voz golpeada.

Apreté los puños sintiendo la rabia recorrer mi cuerpo. No quise mirar a Ethan a la cara; no quería que viera cuanto me afectaba tener a papá en frente.

―Soy Ethan; el novio de su hija― Ethan habló con voz tan segura que yo levanté el rostro para mirarlo y lo vi con ese gesto de superioridad que siempre usaba cuando recién nos estábamos conociendo.

La seguridad de Ethan le provocó otro ataque de rabia a mi padre porque se volvió a mirarme con furia.

― ¿Te he dado permiso para tener novio?

―No tengo por qué pedirte permiso a ti― dije―. Soy mayor de edad y puedo tomar decisiones por mí misma.

Mi padre entrecerró los ojos y yo bufé fastidiada.

Odiaba cuando mi padre nos visitaba, pero más odiaba que tratara de imponernos reglas que nosotros no teníamos pensado respetar. Él no tenía opinión en nuestra familia; él no formaba parte de ella.

­―Soy tu padre.

―Ya lo sé, pero aun así no puedes impedirme tener novio.

―Ray, deja a Isidora tranquila― dijo mi madre con voz conciliadora.

Mi padre se volteó a mirarla a ella y se enfrentaron por varios segundos.

Miré preocupada a mamá; ella siempre sufría cada vez que mi padre iba a casa.

Ethan tomó mi mano y la apretó dándome fortaleza, le sonreí agradecida mientras él negaba con la cabeza.

―Tranquila, yo estoy aquí contigo― susurró.

―No entiendo por qué dejas que éste― dijo mi padre apuntando a Ethan―. Entre en mí casa.

―Esta no es tu casa Ray― hablé levantando la voz.

Josh se asomó desde el pasillo seguramente cuando escuchó cómo discutíamos y cuando vio a nuestro padre allí le dedicó una mirada fría.

―Ray ¿Qué haces aquí? ―preguntó― ¿De qué manera nos vas a joder el día esta vez?

Tuve que voltearme para no reírme en frente de papá que parecía que en cualquier momento iba a reventar de la ira.

―Eres un mocoso irrespetuoso, yo no te crié así.

―Exacto; tú no me criaste― dijo mi hermano―. Te fuiste cuando yo era un bebé.

Era cierto, papá se fue cuando Joseph acababa de cumplir los dos años. No había estado presente en nuestras vidas; no era un padre para nosotros.

El mejor de mis rechazos (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora