Capítulo 2: Insultos

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Nuevo día y también nueva etapa en mi vida. Hoy dejaría de ser la estúpida enamorada de Lucas.

Seguiría siendo su amiga, pero ya no lo miraría con otros ojos. Estaba completamente segura de que sería terriblemente difícil, pero pondría todo de mí para lograrlo.

Hice lo mismo que todos los días; me duché, me vestí, desayuné con mi familia y luego salí afuera una vez que Lucas tocó la bocina anunciando que había llegado por mí.

Me sentí ligeramente nerviosa, pero luego recordé que todo cambiaría y lo vería solo como amigo.

Subí al auto y pude notar su mirada preocupada sobre mí.

―Hola Isidora― saludó ― ¿Estás bien?

Suspiré.

―Todo bien ―respondí con una sonrisa.

Me sorprendí a mí misma lo fácil que había fingido esa sonrisa.

―Isidora, sobre lo que sucedió ayer...

Y allí iba otra vez.

Por el camino tuve que repetir más de veinte veces que estaba bien y que olvidara lo ocurrido, que yo quería seguir siendo su amiga y que nada cambiaría.

Lucas me miraba con lástima y yo lo último que quería era que me mirara de esa manera.

― ¡Deja de mirarme con pena!― ordené cuando íbamos entrando a la universidad.

Mi vista se dirigió afuera, a cualquier lado que me distrajera de lo que ocurría adentro del vehículo de Lucas.

Una motocicleta llamó mi atención, era la misma a la que me había montado anoche, la misma cuyo dueño era un jodido idiota con complejo de superioridad.

Una sonrisa involuntaria se escapó de mis labios al recordar la gris mirada de Ethan.

Y como si lo hubiera llamado con el pensamiento, el aludido apareció justo en ese momento caminando apresurado hacia su motocicleta. Vestía ropa oscura otra vez y el cabello lo llevaba tomado en un moño que lo hacía verse más atractivo de lo que ya era.

Levantó la vista y como su fuera una película su mirada se cruzó con la mía. Lo vi sonreír divertidamente y por inercia lo imité.

Nos miramos hasta que el coche de Lucas pasó de largo hasta el estacionamiento.

―...así que seguiremos siendo amigos ―terminó de hablar Lucas.

Asentí a lo que fuera que el haya dicho, me despedí y me bajé con rapidez del auto, iba un poco atrasada a clases.

Estudiaba literatura y mi amigo Lucas estudiaba periodismo, así que él debía irse para el lado contrario.

La mañana fue normal; clases aburridas, tomar notas y aguantar el sueño. Lo interesante vino después cuando al salir de clases, acompañada de una compañera de carrera, me encontré con esos ojos grises esperándome afuera del salón.

Nidia, la chica con quién venía conversando, se sonrojó cuando vio a Ethan, yo por mi parte sonreí divertida al ver su gesto de superioridad.

― ¿Qué haces aquí? ―pregunté.

Nidia me dio una mirada de envidia y enseguida se largó de allí.

Joder si hasta Nidia y envidia rimaban. Me reí de mi pensamiento.

―Vine a ver cómo estabas― respondió ―Ayer te veías triste.

Me sorprendí por lo que dijo; Ethan era un estúpido y a primera vista parecía un mujeriego que se lleva a la cama a una chica diferente cada noche, pero allí estaba; preocupándose por mí.

El mejor de mis rechazos (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora