Ethan me miraba con culpa mientras que yo había comenzado a llorar desconsoladamente.
― ¿Por qué no me lo dijiste antes? ―pregunté llorando.
―No sabía cómo decírtelo― respondió Ethan―. Ni siquiera sé aún cómo fue que me dieron una beca sin haber enviado una solicitud.
Su voz sonaba desesperada y creo que verme a mí llorando lo hacía desesperar más.
Entonces comprendí la extraña actitud que estaba teniendo desde hace algunas semanas; estaba debatiéndose entre contarme o quedarse callado.
― ¿Qué vas a hacer con la beca? ―pregunté―. ¿La aceptarás?
―Joder― susurró―. No sé nada aún.
― ¿Quieres ir? ―pregunté sintiendo en mi pecho una extraña presión.
―Claro que quiero ir― dijo de inmediato―. De hecho tenía pensado ir a estudiar al extranjero, pero...
―Pero yo te lo impido― lo interrumpí.
―No digas esas cosas; tú nunca has sido un impedimento― se apresuró a decir Ethan mientras trataba de acercarse a mí, sin embargo yo se lo impedí.
―Quiero que te vayas de mi casa― dije―. Necesito pensar las cosas.
―Pero Izzie...
―Necesito que te vayas― pedí sollozando.
―Prométeme que luego no vas a evitarme― dijo Ethan con voz demandante.
―Joder Ethan, quiero que te vayas ahora― grité―. Necesito estar sola.
Ethan me regaló una mirada desolada y estuve a punto de saltar encima de él para consolarlo, pero la verdad es que necesitaba pensar en lo que estaba sucediendo.
―Por favor Izzie, no hagas esto de nuevo― pidió Ethan.
―No estoy haciendo nada― contradije―. Solo necesito que te vayas para poder pensar tranquila.
―Pero...
Me acerqué a él y tomé su rostro entre mis manos.
―Ethan― susurré juntando nuestras frentes―. Te prometo que nada malo va a pasar, solo quiero estar sola.
Ethan me miró aun dudando, pero cuando vio mi mirada inflexible asintió.
―Te amo― dijo antes de darme un corto beso para luego comenzar a vestirse.
Lo observé en silencio mientras en mi cabeza crecía la incertidumbre. Tenía miedo y aunque me repetía mentalmente que nada saldría mal mi corazón me decía que si no hacía algo terminaría perdiendo al amor de mi vida.
―Nos vemos― susurró Ethan cuando terminó de vestirse.
Asentí sin siquiera mirarlo y lo vi abandonar mi habitación en silencio.
Una vez sola hice lo primero que hacía siempre que sentía que los problemas me desbordaban; tomé mi teléfono y marqué el número de Lucas.
― ¿Isidora? ―escuché a mi amigo contestar.
Su voz sonaba soñolienta y me lamenté por haberlo despertado.
―Necesito que vengas― dije sollozando.
Escuché algunos golpes al otro lado de la línea y luego de unos segundos la voz preocupada de Lucas me dijo que en diez minutos estaría en mi casa.
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El mejor de mis rechazos (#1)
Roman pour AdolescentsIsidora está terriblemente enamorada de Lucas, su mejor amigo, y por una estupidez del momento termina declarándose luego de años de haber mantenido su amor en secreto. En ese momento sufre un enorme rechazo que a pesar de haber sido horrible la lle...