Y allí estaba otra vez yo, luego de dos días de haber sido rechazada, en el auto de la persona que me había rechazado y conversando normalmente con ella.
―Tuve mucho que estudiar y no he dormido casi nada― comentó Lucas bostezando ruidosamente.
Sonreí al imaginármelo con sus libros y su cara de sueño que tan perfecta era. Decidí decir algo para alejar esos pensamientos.
―Eso es porque no estudias con anticipación; prefieres andar en fiestas que dedicarle tiempo a tus estudios ― lo regañé.
Lucas me miró con una sonrisa divertida y enseguida sacó la lengua en un gesto encantadoramente atractivo.
―Lo sé, no te enojes conmigo― se disculpó.
Me reí al verlo y por un momento sentí que nuestra relación no había cambiado nada.
―Nunca me he podido enojar contigo― dije divertida.
―Lo sé, me quieres demasiado como para enojarme contigo― respondió Lucas riendo.
Siempre decía lo mismo y yo siempre me reía, esta vez no fue diferente hasta que de pronto Lucas dejó de reír y se disculpó.
― Lo siento, no quise decir eso― habló ―Yo no me refería a...
Suspiré cansada y decidí interrumpirlo.
―Lucas, ya te he dicho que odio que te disculpes todo el tiempo, si sigues así de verdad me enojaré contigo, da lo mismo lo mucho que te quiera.
Lo vi mirarme con un poco de lástima, pero cuando terminé de hablar él comenzó a reírse a carcajadas.
―Okey, no quiero ver a la Isidora enojada―comentó entre risas.
Y allí estábamos, riendo como los viejos amigos que éramos.
―Entonces cierra tu bocota.
En resto del camino fue entre bromas y lo agradecí enormemente.
Cuando llegamos a la universidad era aún temprano, así que Lucas me acompañó hasta el salón de clases y se quedó conmigo como en los viejos tiempos, con viejos tiempos me refería a unos días atrás cuando aún no sabía nada de lo que yo sentía por él.
Entré a clases con una sonrisa, feliz de haber recuperado mi amistad con Lucas. Me senté en el mismo puesto de siempre y Marcus, el mismo chico de siempre se sentó a mi lado.
Todo era normal, y yo estaba contenta.
―Te ves feliz hoy― comentó Marcus.
A veces compartíamos buenas charlas durante las clases, pero nunca me había fijado realmente en él.
Marcus era un chico verdaderamente agradable. Sabía sobre muchas cosas y siempre era interesante escuchar sobre su opinión en diferentes aspectos. Era el que más sabía de la clase y mis compañeros tendían a aislarlo un poco.
―Me siento bien hoy ¿Qué tal tú?― pregunté mientras lo observaba.
Marcus usaba lentes y el cabello desordenado, era atractivo y yo por estar centrada en Lucas jamás lo había notado. Aunque de todas maneras no sentí un tipo de atracción romántica hacia él, solamente me agradó como amigo.
―"Es tiempo de hacer nuevos amigos"― pensé.
Seguimos conversando hasta que la clase comenzó y luego nos centramos en poner atención.
Cuando salimos de clases, una hora y media más tarde, aún seguíamos conversando.
En el pasillo hacía frío en comparación al salón de clases que tenía encendida la calefacción. Le pedí a Marcus que se adelantara mientras yo buscaba una bufanda en mi bolso.
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El mejor de mis rechazos (#1)
Roman pour AdolescentsIsidora está terriblemente enamorada de Lucas, su mejor amigo, y por una estupidez del momento termina declarándose luego de años de haber mantenido su amor en secreto. En ese momento sufre un enorme rechazo que a pesar de haber sido horrible la lle...