Epílogo

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―Izzie por favor, no pongas esa cara― pidió Marcus tratando de hacerme sonreír.

Nos encontrábamos los dos en el salón de clases esperando que llegara el profesor.

Ya estaba en mi tercer año en la universidad.

―Es la única cara que tengo― dije mientras lo miraba desganada.

No había vuelto a ver a Ethan y tampoco había intentado contactarme con él. Sentía que ya no era necesario decirle que Ray estaba involucrado en el tema de su beca. Él ya estaba lejos de mí, qué sentido tenía decirle ahora.

―Por favor, levanta un poco el ánimo― dijo mi amigo―. Liam el doctor dice que si sigues así terminaras con una depresión horrible.

Negué con la cabeza mientras trataba de sonreír fallando en el intento.

Llevaba semanas actuando de la misma manera y a pesar de que sabía que estaba preocupando a mis amigos no podía hacer nada para cambiar mi estado. Sin Ethan todo se sentía tan vacío que lo único que provocaba en mí eran ganas de alejarme del mundo entero y encerrarme en mi habitación a llorar.

El profesor entró a la sala dando por terminada mi conversación con Marcus y yo sencillamente preferí prestar atención a la clase y así desconectarme aunque sea un poco de toda la mierda que estaba viviendo.

Al salir de clases vi a Ellen esperándome afuera del salón de clases, tenía una sonrisa enorme en la cara que no supe entender de inmediato.

―Hola― saludé una vez que quedamos frente a frente.

―Hola amargada― dijo Ellen mientras sonreía divertida.

Entrecerré la mirada para darle a entender que su humor no me provocaba ningún poco de gracia, pero Ellen me ignoró completamente y comenzó una conversación con Marcus donde le decía que me secuestraría para llevarme de compras.

Mi amigo aceptó entusiasmado pensando que con eso lograrían sacarme de mi estado de letargo, pero yo sabía que nada ni nadie podría hacerme sentir mejor.

―Mueve el trasero― gruñó Ellen cuando comenzó a caminar y vio que yo no la seguía.

―La verdad es que no tengo ganas de salir de compras― dije mientras miraba al suelo.

Ellen retrocedió para mirarme de frente. Levanté la mirada y me encontré con un gesto cálido de su parte.

―Sé que estás mal por todo lo que sucedió con Ethan― comenzó a hablar―. Pero si sigues así no solo te lastimarás a ti misma, sino que a todos quienes te quieren demasiado como para verte en ese estado.

Las lágrimas inundaron mis ojos cuando la escuché decir eso y simplemente me lancé a abrazarla con todas mis fuerzas.

―No puedo con esto― dije llorando.

Ellen me consoló de manera maternal y por primera vez fui consciente de que la chica que me abrazaba en realidad era un año mayor que yo y no la niña pequeña que parecía cuando actuaba tan infantilmente.

―Sí puedes, yo sé que puedes― habló Ellen de manera alentadora―. Ahora tú y yo nos iremos de compras porque esta noche iremos a una fiesta.

― ¿Una fiesta? ―pregunté.

No estaba de ánimos para fiestas y estaba segura de que Ellen sabía que yo me negaría.

―No acepto un jodido "No" como respuesta― gruñó la rubia mirándome firmemente―. Irás a esa fiesta aunque tenga que llevarte amarrada.

El mejor de mis rechazos (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora