Capítulo 33.- Rizos dorados como el sol.

763 74 53
                                    


A Liam le costó procesar lo que había pasado. Se sentía mareado y a los segundos el dolor comenzó a hacerse insoportable. Estaba acostado en la arena boca arriba, apoyándose de los codos. Una de sus manos fue a su nariz y se llenó de sangre. Miró a Scarlett buscando una explicación.

—Yo... he... —Se sentía como Jack Sparrow. Nada sensato le venía a la mente. —Eso se ve muy, muy mal.

—No me digas —esbozó con ironía— ¡Eres una maldita! ¡Me rompiste la nariz! —gritó.

—Deja el drama, tampoco es para tanto.

—¡¿No?!

Scarlett haciendo caso omiso a los gritos de Liam se hincó a su lado y desde cierta distancia inspeccionaba aquella delicada nariz. Quitó la mano de Liam para ver mejor.

—¡Uy! Sí te la rompí.

Liam exhaló desesperado.

—Bueno, esto va a doler.

—Scarlett no, Scarlett ¡No!

Intentó gatear hacia atrás pero ella rápidamente presionó su nariz con su mano. El grito de dolor de Liam se extendió por toda la playa, el oceana y más allá. Sin querer varias lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.

—¿Por qué hiciste eso?

—Es lo que Adam Sandler le hizo al negrito en la película esa de los presos. Luego de devolver la nariz a su lugar el negrito ya pudo respirar bien y no le dolia más ¿Te sigue doliendo?

—Tú qué crees. —Podía matarla en ese mismo instante. Que amor, ni que amor.

—Pues al parecer las películas no dicen la verdad. Enviaré una carta al señor Sandler quejándome, es que cómo es posible...

—¡Cállate! ¡Dios, Scarlett! Siempre hablas y hablas estupidez tras estupidez. Dime ¿Por qué me golpeaste? ¡Responde!

Scarlett estaba en ese preciso momento en que no pensaba. Las voces en su cabeza se fueron y estaba en algo así como modo automático. Liam le había hecho una pregunta pero ella seguía esperando que algo en su cerebro se encendiera con una respuesta.

"¡Nada! ¿Cómo alguien puede estar tanto tiempo con la mente en blanco?"

—¡Liam! ¡Liam!

Scarlett levantó la mirada ante aquellos gritos y divisó a varias mujeres corriendo hacia ellos. Venían realmente agitadas e incluso algo asustadas.

—Liam hasta que apareces ¡Por Dios! ¿Qué te pasó?

Todas lo rodearon y comenzaron a hablar al mismo tiempo.

—No te volvimos a ver e hicimos varias cuadrillas para buscarte. Luego escuchamos el grito y cómo nos asustamos ¿Quién te atacó?

Era difícil para Scarlett seguir el hilo de quien hablaba. Pues todas se cortaban la conversación la una a la otra.

—¡Al hospital ya!

Aquellas chicas pese a ser tan esqueléticas eran fuertes y es que levantaron a Liam en un segundo. Todas se encaramaban en él, lo besaban por todos lados, muchas chocaban con sus mejillas ya que él las evadía, pero de pronto todo se convirtió en un alboroto.

Scarlett observó lela todo, de nuevo era un ser invisible. Aquellas jirafas bien formadas ni reparaban en que ella se encontraba ahí.

Liam continuaba aturdido y todas esas voces chillonas a su alrededor solo lo aturdían más. Varias de las chicas buscaban besar sus labios y eso le parecía de lo más loco ¿Acaso no veían que estaba todo ensangrentado y muy adolorido? Comenzaron a empujarlo en dirección a la mansión, y él estaba claro en que necesitaba ir a una clínica con urgencia, le parecía que su pobre nariz tendría que ser intervenida quirúrgicamente.

Viviendo con tu VenenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora