Capítulo 7.- Antifaces

1.1K 78 30
                                    


         —Entonces solo te dejó —Liam vistiendo un buen traje gris se reía a la vez que tomaba un poco de café. Estaba con Ian desayunando en un glamuroso café antes de ir a trabajar.

            —No me dejó —protestó, untando un poco de mantequilla en su tostada.

            —Se acostó contigo, te dio la mejor de tus revolcadas y luego te dejó solo, como un prostituto —continuó burlándose.

            —Sí, fue extraño. Es que —se apuraba por terminar de pasarse el pedazo de pan en su boca—… Estábamos como algo… fríos, incluso distanciados y de pronto llegó y fue… ¡Genial! La mejor noche de mi vida y cuando despierto no está por ningún lado y solo hay una nota de: Mi vuelo sale temprano, te llamo cuando llegue. Pude haberla llevado al aeropuerto.

            —Vanessa siempre ha sido rara, tal vez le dio uno de esos cambios de humor. ¿A dónde fue?

            —A Costa Rica, por esa fundación que está formando allá. Como sea, espero que vuelva pronto. Hay algo que no me gusta de todo esto.

            —Amigo deja de ser paranoico, te pareces a Elisa —ambos rieron.

            —Lo de Elisa es muy raro. Pareciera que intenta ser otra persona, pero a mí no me engaña.

            —También lo has notado. Yo creo que…

            —Calla que ya viene Chace —dijo por lo bajo.

            —Hermano, disculpa que empezamos a comer, pero parecía que no vendrías.

            —Un café y nada más —le indicó Chace a la mesera que se acercaba.

            —¿Y esos ánimos? —preguntó Ian.

            —¿No se han enterado de que ahora vivo con Jessica Mester? —de no ser porque el café estaba bastante concurrido, pudo haberse golpeado la cabeza contra la mesa.

            —¡Que!!!! —fue la expresión unísona de Ian y Liam.

            —Se metió en mi casa, me acusó de maltrato físico y ahí pasó la noche. Esta mañana pensé en todas las formas de decirle que se largara, pero resulta que no estaba.

            —Tal vez recapacitó y se fue —mencionó Liam.

            —Es una ¡desquiciada! Se fue porque es una cobarde, pero ahí dejó todas sus cosas. Algo raro debe estar planeando, pero ni crea que me voy a quedar de brazos cruzados, algo haré, algo planearé.

            —Cuidado y te enamoras de ella —bufó Ian—. No me mires así, tú eres así de enamoradizo, además ella es linda.

Viviendo con tu VenenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora