—¡Madre!
¿Acaso estaba en la isla que mantenía prisionera a su madre?
Ella estaba radiante, sus cabellos ahora eran muy cortos, en un corte varonil pero muy elegante. Llevaba puesto un vestido Channel negro y unos grandes tacones que repiqueteaban en el piso de mármol.
—Hola hijo. —Su mirada pretendía fingir bondad, cualidad de la que Chace sabía ella carecía.
—¿Qué hago aquí? —Le preguntó con paciencia, como quien habla con un niño y quiere hacerlo entender. Ella estaba mal mentalmente y esperaba hacerla reaccionar.
—Una razón, aunque no la más importante es que si no es así no te veo, y extraño a mi único hijo. La otra razón la realmente importante es que me encerraste en esta mugre isla y quiero tener tu cabeza en una bandeja de plata como pago por mi desgracia.
Chace tragó saliva, su madre estaba frente a él diciéndole palabras que no cuadraban con el tono de voz cálido con el que las emitía, prefería verla hecha un completo demonio a esa versión de ángel de la muerte. Sabía que lo haría, lo mataría y no de la forma rápida, ella actuaba así porque no tenía nada que perder. Él estaba encadenado a miles de kilómetros de sus amigos ¿De verdad moriría esa noche?
Dirigió su vista a la ventana, afuera el cielo no podía ser más azul, con su mente fue miles de kilómetros más allá, pero ¿dónde estaría ella? Eso no lo sabía.
—¿Dónde está Elisa?
Preguntó Victoria sosteniendo su cara obligándolo a mirarla. Por suerte él no sabía la respuesta.
***
Scarlett no era de ir mucho a clases, prefería entrar solo a los exámenes, pero vivía tan traumatizada que prefería estar en un salón concurrido a que estar vagando sola por el campus.
Para su fortuna le gustaba la clase de Agust Knorr, el profesor era un señor de avanzada edad pero con mucho conocimiento, uno de esos profesores a lo que todos temen si quiera respirar a su lado, a ella le gustaba sorprenderlo y creer que al menos a ella le tenía algo de aprecio.
Notó que Aaron no se encontraba en esa clase, al menos ahí podía dejar su juego de ser más bruta que Paris Hilton. Se acomodó mejor en el asiento y esperaba ansiosa a que hiciera preguntas. El sonido de la puerta abriéndose la distrajo de garabatear en su cuaderno y a la vez prestar atención.
"¡Maldición!".
Era el propio Jacob Olivers buscando asiento en el fondo del salón. Su fino traje llamó la atención de todos los presentes, otros tantos sabían de un alto ejecutivo que estaba juntando mentes brillantes para financiarlas, así que comenzaron a pulir sus cerebros para causar una buena impresión.
—Así es como una interface shirlf funciona. ¿Scarlett, cómo se haría una conexión p365 si el bucle y la lista 58rte no están en sintonía?
"¿¡Qué está pasando!? —gritó su parte vikinga—. Él nunca nos pregunta directamente ¿Por qué hace esto? —Mentalmente se comía las uñas. —Quiere darte la oportunidad de tu vida con el alto ejecutivo —respondía asqueada su parte vikinga—. ¡Oh! Nos quiere ayudar, le caemos bien, eso es lindo. —La cliché se sentía halagada. —¡Lindo! No es lindo, no puedes contestar, sabes que no debes hacerlo".
—¡Scarlett! ¡Responda!
El profesor la miraba, todos lo hacían también, y ella miraba el pizarrón y le daba golpecitos a su mesa, titubeaba y es que no tenía idea de qué hacer.
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Viviendo con tu Veneno
Beletrie¿Qué es más doloroso que envenenarse? Vivir con un veneno que te mata cada noche y revive cada día. Para Chace estos supuestos tres años de tranquilidad han sido todo un tormento. El trabajo, una novia y un futuro matrimonio, no han servido de antíd...