Parte 1

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El ambiente en el que se encontraba no era uno de sus favoritos pero a veces la necesidad lo llevaba a estar bajo esas luces tenues de colores, apoyado en una mesa mientras su mano sostenía un vaso de vidrio y veía los cubos de hielo flotar en el alcohol. Tomo el último trago de su vaso y espero a que el mesero de la barra le sirviera otra ronda.

-Lleno por favor- pidió exigente y observo el rostro del mesero que solo asintió llenando el vaso sin hacer contacto visual con él.

-Si llegas con una resaca mañana al trabajo será peor- dijo el rubio de su costado observando con asombro como su amigo bebía de un trago la mitad del líquido y pensó que si ya tenía problemas con esto de seguro mañana iba ser realmente EL problema.

-Ya estoy viviendo lo peor- respondió seriamente apoyando su mejilla en la palma de su mano y movió el vaso que tenía con la otra –Tengo un padre que no le interesa el bienestar de su hijo-

-Seguro no lo dijo enserio- su amigo lo animo con una sonrisa tratando de cambiar el rostro de molestia que tenía Jihoon.

-No lo viste Jiho, yo estaba ahí cuando el redacto el testamento- el castaño frunció el ceño recordando la escena –¡1 mes, solo me dio 1 maldito mes para encontrar a alguien y asegurarle que le podre dar un heredero! ¡Ese maldito viejo le dará toda su fortuna Mino!- exclamo con furia terminando su vaso y pidiendo otra ronda al mesero.

-Debió hacerlo para asustarte- el rubio trato de sonar seguro y pensativo aun cuando sabía que el padre de Jihoon era capaz de todo para que su hijo hagas las cosas seriamente.

-Tú conoces a mi padre, cuando algo se le mete a la cabeza lo cumple, me quedare en la calle y Mino disfrutara de toda mi fortuna- dio otro sorbo a su vaso y lo soltó con fuerza.

-Mino ya dejo en claro que él no quiere nada de su padrino, recuerda que él siempre te ha querido como un hermano-

-¡Y yo no quiero su compasión!, quiero que ese testamento este a mi nombre- dejo caer su cabeza soltando su frustración y ebriedad, ya en sexto vaso sentía que todo estaba empezando a darle vueltas.

-Bueno entonces deberías intentarlo otra vez- hablo el rubio –Mira- señalo con su mano dando la vuelta la silla de Jihoon –Aquí vienen mujeres y hombres, puedes escoger-

Jihoon observo a cada una de las personas que estaban en el lugar, algunas parejas y algunas personas solitarias que estaban mirándolo con curiosidad.

-La verdad es que no estoy de humor ahora- volteo su silla y otra vez dio la espalda a la pista de baile y a los demás.

-Tengo una amiga que está interesada en conocer a alguien, puedo arreglar una cita contigo mañana- Jiho sonrió dándole unas palmaditas en el hombro de su amigo.

-Por favor que no sea una casafortunas de esas que hablan como perico, tengo miedo cuando me presentas a tus amigas- el castaño suspiro terminando de beber su vaso y recordando las citas que había tenido con todos los amigos y amigas que Jiho le había presentado, definitivamente ninguna fueron de su agrado.

-Esta es perfecta, te va a encantar- exclamo con una sonrisa pícara en su rostro –Pero ahora debemos volver, voy a manejar por ti-

-También estas borracho- murmuro el castaño con una ceja alzada.

-No tanto como tú, además somos la elite ¿Quién nos va arrestar?- pregunto y coloco unos de los brazos de su amigo en su hombro –Pero tengo miedo de los paparazis, después no quiero ver "El heredero de la cadena de hoteles más grande Corea saliendo del bar con su conquista", es un trauma que aun no supero-

Ambos rieron en voz alta mientras caminaban hasta la puerta de salida y luego al coche negro estacionado a las afueras del lujoso bar. Iba a tomar 40 minutos del lugar al departamento de Jihoon y siendo las 3:00 AM los dos chicos estaban cantando al ritmo de la música que sonaba con fuerza dentro del carro mientras se reían por lo veloz que Jiho estaba manejando esquivando algunos autos y uno que otro peatón.

-¡Eres un imbécil, vas a matar a alguien!- exclamo Jihoon riendo hasta las lágrimas al ver la maniobra que tuvo que hacer su amigo para esquivar un perro.

-Se lo que hago, estoy menos ebrio que tú- Jiho sonrió acelerando el auto otra vez mientras cambiaba de música y seguían haciendo otra ronda de karaoke. Al ser más de las 3:00 AM el respeto por la luz roja había desaparecido para el rubio y solo se dedicó a cantar y pensar en llegar a su destino pero al tercer semáforo en rojo Jiho vio como una figura azul cruzo frente a él y eso hizo que frene rápidamente.

-¡¿Qué mierda fue eso?!- Jihoon pregunto asustado mientras se aferraba a su asiento.

-Cre-creo que mate a alguien- sus palabras salieron entrecortadas y con miedo, apago la música y saco las manos del timón despacio para tomar la manija del auto y salir.

-¿Qué haces?- pregunto el castaño tomándolo de la mano.

-Voy a bajar y por Dios que si está muerto voy a correr y tomar un avión a África-

Ambos muchachos bajaron del auto despacio y caminaron con cuidado hacia al frente. Justo delante del carro y sobre la autopista estaba una bolsa blanca y un hombre que tenía sus manos sobre su cabeza.

-Hey- Jiho hablo primero tratando de tocar el brazo de aquella figura pero cuando lo iba a hacer el hombre retiro las manos de su cabeza y observo a los dos muchachos. -¿Estas bien?- pregunto el rubio tratando de sonar calmado al ver al tipo que por el tamaño de su cuerpo y como corria hace un momento pensaría que habría matado a un duende o algo por el estilo.

El muchacho de cabello negro busco sus gafas en el piso y se los coloco tratando de reaccionar del susto que acaba de vivir. Se quedó observando todo unos segundo y cuando miro la bolsa sobre la pista frunció el ceño.

-¡Casi me matas idiota! ¡¿No viste la luz roja?!- pregunto con ira aún sin levantarse del suelo.

-Oye cálmate, yo... no me había fijado- Jiho sonó nervioso mirando a todos lados para cuidar que nadie este alrededor.

Jihoon se agacho tomando la bolsa blanca y luego el brazo del hombre que aún seguía en el suelo.

-¡Suéltame! Yo puedo solo- Se sacudió el suéter azul y su pantalón mientras recibía la bolsa que Jihoon le estaba entregando –Los denunciaría si no fuera porque llevo prisa-

-Puedo llevarte si qui...-

-No gracias- interrumpió el muchacho –Como manejas prefiero ir caminando-

El chico más bajo camino mirando la autopista y desapareció en unos de los callejones. Jiho pasó una mano por su cabello y observo la parte delantera de su auto revisando algún daño.

-Pensé que mi carro estaba dañado, con lo que me cuesta mantenerlo en buen estado- El rubio dio la vuelta para entrar al auto junto con Jihoon, coloco las llaves y esta vez manejo a menos velocidad que y respetando las luces rojas. Todo estaba en silencio, Jiho observo de reojo a su amigo que estaba callado observando la calle por la ventana.

-No fue tan malo, por lo menos se fue sin alguna herida- Sonrió tratando de cambiar el ambiente tensionado. El castaño suspiro y observo a Jiho unos segundos.

-¿Viste lo que tenía en su muñeca derecha?- pregunto con seriedad.

-Emmm, no ¿Qué tenía?-

Jihoon abrió la boca para decir algo pero se quedó pensando en ello y sonrió.

-Nada, son cosas mías-

Devuélveme las alasWhere stories live. Discover now