Parte 21

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Después de todo el rollo de Jihoon y su gripe las cosas se estaban calmando, el castaño despertó mejor después de su siesta pero mejor en el sentido que la fiebre había calmado al igual que los síntomas como los escalofríos aunque aún su nariz estaba resentida y los estornudos con secreción se hacían notar.

La anciana Kim decidió que lo mejor era que Jihoon vuelva a Corea y que se pueda recuperar así que esa tarde tanto Taeil como el menor almorzaron juntos con las demás mujeres y hombres luego recibieron algunos regalos de parte de ellas y empacaron sus cosas para tomar el avión en la madrugada.

-Lamento que mi estadía sea corta- se disculpó el castaño.

-No te preocupes hijo, sabes que las puertas aquí están abiertas para ti- la anciana palmeo el hombro del menor ayudándolo a empacar –Es mejor que duerman aquí, parece que lloverá y es mejor no manejar en esas condiciones de clima-

-Claro, no tenemos apuro de todas formas- respondió Jihoon.

-Y es mejor que tampoco manejes de regreso, ¿Por qué no lo hace ese niño?- pregunto la mujer.

Taeil se quedó quieto un momento y volteo a verlos -¿Yo?-

-¿Hay otro niño aquí?, imagino que sabes manejar un auto-

-Claro que si- Taeil saco su billetera de su maletín sacando una membresía de conductor.

Jihoon miro la membresía sorprendido, ¿En qué momento Taeil había tomado clases de conducción?

-Me siento casi segura- la anciana termino de acomodar las cosas y se colocó de pie –Alistare todo para la cena-

Cuando Jihoon vio a la mujer salir del lugar volteo a ver a Taeil -¿Sabes conducir?- pregunto.

-Jaehyo y yo nos metimos a una clase y logramos sacar nuestra licencia- respondió Taeil

-Estare despierto en todo el camino por si piensas dejarme varado en algún lugar-

-Chocare el auto de tu lado- Taeil lo observo sonriendo de lado.

-¡Oye!- exclamo el castaño. Debía reconocer que a veces las palabras de Taeil daban miedo, ese pequeño tenia ideas macabras.

Taeil seguía acomodando las cosas en silencio y Jihoon lo observo. Recordó la imagen del pelinegro esa tarde cuando despertó y lo encontró dormido a su lado, el mayor había quedado de costado con una posición frente a la espalda de Jihoon así que cuando el despertó y volteo lo primero que sus ojos notaron fue a Taeil en una paz completa, con los ojos cerrados y sin los lentes puestos, era la primera vez que veía ese rostro en completa paz, generalmente cuando el pelinegro negro estaba junto a él tenía un gesto de fastidio.

-Me desgasto- Taeil hablo haciendo que Jihoon reaccione.

-¿Qué?- pregunto el castaño.

-¡Que dejes de mirarme idiota!- exclamo el mayor y volvió a lo que estaba haciendo.

Jihoon suspiro ayudando a Taeil con el resto de cosas pero su sentido auditivo empezaba a detectar pasos, observo al pelinegro y este estaba de lo más tranquilo asi que el castaño pensó que era momento de castigarlo.

-Niño- susurro Jihoon y tan pronto como Taeil lo escucho volteo enfadado.

-¡Que no me lla...!- y sus palabras murieron al sentir sus labios siendo presionado por los de Jihoon. El beso no fue largo, tan pronto como se había dado el castaño ya estaba regresando a su lugar mirando a Taeil quien cambio su rostro de sorprendido a sonrojado y luego furioso.

Taeil respiro tratando de calmarse pero tenía ganas inmensas de golpearlo por ese atrevimiento asi que lanzo contra Jihoon pero el castaño tosió un poco mirando la puerta. El pelinegro volteo para encontrar a otra de las ancianas de pie un poco sorprendida.

Devuélveme las alasWhere stories live. Discover now